Papa Francisco -
Precedentes
El papa Francisco, los Kirchner y la dictadura argentina
Muchos argentinos acusan al nuevo papa de callar ante los crímenes de la dictadura. Sus enfrentamientos con los Kirchner por la aprobación del matrimonio homosexual también es conocido.
Redacción
El cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio se ha convertido este miércoles en el papa Francisco. En Argentina, su papel como presidente de la Conferencia Episcopal y líder de los católicos argentinos está caracterizado por las malas relaciones con el presidente Néstor Kirchner y su mujer y sucesora Cristina Fernández, quienes mantuvieron duros enfrentamientos con el cardenal Bergoglio. También se recuerda su papel durante la dictadura.
No obstante, la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ha deseado este miércoles al nuevo papa un "fructífero" desempeño ante "tan grande responsabilidad".
La organización humanitaria Abuelas de Plaza de Mayo ha recordado que Bergoglio fue citado a declarar como testigo en juicios por delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura argentina por el papel de la Iglesia durante el régimen de facto (1976-1983).
En el año 2010, Bergoglio habló en un libro sobre su presunto silencio ante los crímenes de la dictadura: "Si no hablé en su momento fue para no hacerle el juego a nadie, no porque tuviese algo que ocultar".
Como miembro de la Conferencia Episcopal Argentina ha atacado a los gobiernos de los Kirchner por sus políticas y diferentes posturas respecto a los católicos. La última polémica fue en 2012, con la aprobación del matrimonio homosexual en el país sudamericano.
Durante el mandato de Néstor Kirchner, entre 2003 y 2007, el presidente argentino mantuvo enfrentamientos dialécticos con Bergoglio, a quien Néstor llegó a considerar como de la oposición. Los medios de comunicación argentinos hablan de una relación "conflictiva" que se rebajó durante la Presidencia de Cristina, aunque los enfrentamientos nunca llegaron a desaparecer.
Después de que Néstor Kirchner ganara las elecciones en 2003, Bergoglio criticó "el exhibicionismo y los anuncios estridentes" del nuevo mandatario. El entonces presidente se negó a acudir a varias de las ceremonias encabezadas por Bergoglio y desde la Conferencia Episcopal se aseguró que no había relaciones entre la Iglesia y el Ejecutivo argentino.
Con la llegada de Cristina Fernández al poder, las relaciones mejoraron, gracias a los contactos que la presidenta mantuvo con la Iglesia para preparar el viaje de 2009 al Vaticano. Pero las buenas relaciones comenzaron a romperse después de que Bergoglio acusase al Gobierno de Fernández de alimentar la "crispación social" y denunció que "desde hace años el país no se hace cargo de la gente".
Sin embargo, con el anuncio en 2010 de que el Gobierno aprobaría una ley para legalizar el matrimonio homosexual, las relaciones empeoraron aún más.