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Educación y tecnología
Los móviles, totalmente prohibidos en la mitad de los centros de Secundaria de Euskadi
Según datos facilitados por la consejera de Educación, Begoña Pedrosa, la restricción total baja al 25 % en Bachillerato y al 30 % en la FP, aunque ningún centro establece la libertad absoluta y en los casos en los que se permite, se hace bajo supervisión con fines pedagógicos.
Agencias | EITB Media
Euskaraz irakurri: Bigarren Hezkuntzako EAEko ikastetxeen erdiek debekatuta dute sakelakoa
La mitad de los centros de Educación Secundaria Obligatoria (ESO, 12-16 años) de Euskadi tiene totalmente prohibidos los móviles y relojes inteligentes en aulas, mientras que en Bachillerato (16-18 años) la restricción es algo más laxa y solo se aplica en una cuarta parte de los centros públicos, según datos aportados por el Departamento de Educación del Gobierno Vasco.
La consejera de Educación, Begoña Pedrosa, ha participado este viernes, en Vitoria-Gasteiz, en la apertura de las jornadas 'Educación y Tecnología', al que han asistido profesionales del ámbito de la educación.
La jornada ha reunido a personas expertas del ámbito de la educación y la Universidad, que analizarán las tendencias sobre la interacción de dispositivos móviles, el uso de las redes sociales, y la incursión de las nuevas tecnologías en los procesos de aprendizaje.
Esta jornada se celebra cuando se cumple un año desde que Educación dejara en manos de cada centro la regulación del uso de teléfonos móviles y relojes inteligentes. Según ha destacado Pedrosa, el 100% de los centros públicos y concertados han regulado su uso. "Ninguno de ellos ha optado por el uso libre de dispositivos" ha añadido.
Algunos, un 50 % en la ESO y un 60 % en Bachillerato, permiten la posibilidad de utilizarlos siempre sea con un objetivo pedagógico, bajo la supervisión del profesorado. En Formación Profesional (FP), ese porcentaje sube al 70 %.
En Educación Primaria (6-12 años), por contra, es residual (15 %) el número de centro que permite el uso de dispositivos con fines pedagógicos, y la mayoría (85 %) opta por la prohibición absoluta.