Sociedad -
Cambio climático
El primer día sin hielo marino en el Ártico podría llegar antes de 2030
Un nuevo estudio apunta a que el temido hito del calentamiento global llegará antes de lo previsto: podría registrarse en agosto de 2027. Este hecho podría afectar significativamente al ecosistema y provocaría fenómenos meteorológicos más extremos en todo el mundo.
Agencias | EITB Media
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El primer día sin hielo en el Ártico podría llegar antes de 2030. Un nuevo estudio realizado por un equipo de investigación internacional ha vaticinado que el hielo marino —agua marina congelada— podría derretirse completamente para agosto de 2027.
El hielo marino del Ártico lleva décadas desapareciendo a un ritmo muy preocupante: ha mermado en más de un 12 % cada década desde 1979. Todo debido al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero que provocan el calentamiento del planeta.
Actualmente, el hielo marino ocupa 4,28 millones de kilómetros cuadrados, muy por debajo de la cobertura media (6,85 millones de kilómetros cuadrados) que alcanzaba de 1979 a 1992. La comunidad científica considera que el Ártico estará libre de hielo, cuando el Océano Ártico tenga menos de un millón de kilómetros cuadrados de hielo.
Un equipo de científicas ha utilizado modelos informáticos para predecir cuándo podría ocurrir este hecho, que según las estimaciones menos halagüeñas, podría ocurrir en tres años. En total, nueve simulaciones han sugerido que podría ocurrir entre 2027 y 2030. Los hallazgos han sido publicados el 3 de diciembre en la revista Nature Communications.
"El primer día sin hielo en el Ártico no cambiará las cosas drásticamente", ha explicado Alexandra Jahn, profesora asociada en el Departamento de Ciencias Atmosféricas y Oceánicas y miembro del Instituto de Investigación Ártica y Alpina de CU Boulder.
El hielo marino protege al Ártico del calentamiento al reflejar la luz solar entrante de regreso al espacio. Con menos hielo reflectante, las aguas oceánicas más oscuras absorberán más calor del sol, lo que aumentará aún más las temperaturas en el Ártico y en todo el mundo. Además, el calentamiento del Ártico podría cambiar los patrones de viento y corrientes oceánicas, lo que provocaría fenómenos meteorológicos más extremos en todo el mundo.
Pero también hay buenas noticias: una reducción drástica de las emisiones podría retrasar el cronograma para un Ártico sin hielo y reducir el tiempo en que el océano permanece sin hielo, según el estudio. "Cualquier reducción de las emisiones ayudaría a preservar el hielo marino", ha insistido Jahn.