Sociedad -
Central nuclear
Así será el proceso de desmantelamiento de la central nuclear de Garoña
Una vez que la empresa pública Enresa ha tomado la titularidad de la central, comienza un periodo de 10 años en el que se tratarán y almacenarán los residuos radiactivos, se demolerán casi la totalidad de las construcciones y se descontaminarán los terrenos de la central.
EITB Media
Euskaraz irakurri: Honela egingo da Garoñako zentral nuklearraren eraistea
Nuclenor, compañía formada por Iberdrola y Endesa, ha dejado la central nuclear de Santa María de Garoña en manos de Enresa, la empresa pública encargada de gestionar residuos radiactivos y desmantelar instalaciones nucleares. De esta manera, ha comenzado un proceso que se prolongará durante 10 años, durante el cual se desmantelará la central y se regenerará toda la zona, ubicada en la localidad de Valle de Tobalina de Burgos, muy cerca de la frontera con Álava.
Después de que el Gobierno de España denegará en 2017 la autorización para explotar la central nuclear, Nuclenor y Enresa comenzaron con las primeras actuaciones para llegar a este punto, entre ellas un estudio de impacto ambiental y un plan de gestión del combustible. Una vez superados estos trámites, el Gobierno español autorizó el desmantelamiento el lunes y ha comenzado un proceso que constará de dos grandes fases, tendrá un presupuesto de 475 millones de euros y empleará a 350 trabajadores.
La primera fase se llevará a cabo entre 2023 y 2026 y se realizarán tres actuaciones principales. El principal reto será el traslado de la totalidad combustible gastado. Se irá sacando de la piscina el uranio enriquecido dentro de unos contenedores de metal que, tras un proceso de secado y presurizado, serán trasladados al almacén temporal individualizado (ATI) que está en la misma central, donde se colocarán de manera vertical. Se utilizarán en total 49 contenedores.
Estos residuos permanecerán en el ATI de Santa María de Garoña durante años. Según una de las hipótesis planteadas por el presidente de Enresa, José Luis Navarro, podrían estar en el lugar hasta 2073, "hasta que esté operativo el almacén definitivo de residuos" del Estado, el llamado Almacén Geológico Profundo.
En esta primera fase, también se llevarán a cabo acciones para la gestión de residuos radioactivos, como la descontaminación de los principales circuitos radiológicos para poder desmontarlos más adelante.
En paralelo, se procederá al desmontaje de los grandes componentes del edificio de la turbina. Este edificio se acondicionará durante esta fase y se convertirá en edificio auxiliar, donde se tratarán los residuos que se vayan generando durante el desmantelamiento.
Navarro ha explicado que se intentará minimizar los residuos radioactivos a lo largo de todo el proceso. En sus palabras, el 80 % de los residuos que se generarán serán convencionales y serán tratados según los procedimientos legales existentes. Enresa se compromete a reutilizar y reciclar la mayor parte de ellos.
No obstante, el presidente de Enresa ha reconocido que "siempre queda un cierto porcentaje de residuos radiactivos", a los cuales se les dará "el tratamiento adecuado". Los residuos de media-baja y baja actividad serán trasladados a las instalaciones de almacenamiento definitivo El Cabril de Córdoba. El resto será almacenado en contenedores en el ATI.
En la segunda fase del proyecto se dedicarán a desmontar los grandes componentes de la instalación de la central, entre ellos, la piscina o vasija del reactor. Asimismo, habrá que descontaminar y desclasificar el resto de los edificios antes de proceder a su demolición.
Después se procederá a la vigilancia radiológica de los terrenos y a clausurar la instalación, antes de devolverle la titularidad de Santa María de Garoña a su propietario Nuclenor, que decidirá qué hacer con las instalaciones en el futuro.