Peligroso encierro, pero sin cornadas

Los toros de la ganadería madrileña de Victoriano del Río, de Guadalix de la Sierra, han protagonizado el sexto encierro de los sanfermines de 2012 con una veloz y limpia carrera que han completado en dos minutos y veinte segundos, la más rápida hasta el momento.

Ninguno de los corredores ha resultado herido por asta, aunque no han faltado los típicos golpes y contusiones que han provocado el traslado de varios mozos a los hospitales de Pamplona/Iruña.

La emoción ha presidido esta carrera desde los primeros metros, cuando, nada más abrirse el portalón de los corrales, la manada ha enfilado la cuesta y ha entrado en contacto con los corredores con los mansos en cabeza, pero inmediatamente dos de los astados han liderado el grupo.

De forma casi simultánea, dos de sus hermanos han resbalado en el pavimento y, aunque no han llegado a caer, han quedado un poco descolgados, aumentando el peligro.

Al llegar a la plaza del Ayuntamiento se ha producido un incidente al arremeter uno de los astados a un corredor, aunque no ha llegado a entretenerse con él y ha seguido su trayectoria con la rapidez que se atribuye a los animales de esta ganadería, dado el comportamiento que han demostrado en las dos ocasiones anteriores en las que han participado en los encierros de Pamplona/Iruña.

Tras atravesar sin problemas la plaza del Ayuntamiento, los cuatro Victorianos del Río que abrían la carrera han chocado contra el vallado de la Curva de Mercaderes sin llegar a caer.

A partir de ese momento la torada se ha dividido en tres grupos: dos toros en cabeza, los mansos y dos toros más a continuación y los otros dos toros cerrando.

La emoción ha sido máxima en este tramo, donde los mozos han podido lucirse ante las astas al disponer de huecos entre los animales.

En el mismo orden han pasado por Telefónica y el callejón y se han dirigido a la Plaza de Toros, perfectamente llevados por los mozos y, sin más incidencias, han entrado en chiqueros.