Sociedad -
Sanfermines 2012
Encierro rápido y limpio, para el deleite de los mozos
Cuatro personas han tenido que ser trasladadas al Hospital de Navarra, pero no están graves. Los toros de la ganadería El Pilar han realizado el recorrido en dos minutos y 22 segundos.
Redacción
Los toros de la ganadería salmantina de El Pilar han protagonizado el cuarto encierro de los sanfermines 2012, que, con una duración de dos minutos y veinte segundos, es por ahora el más rápido de las fiestas.
Ningún corredor ha sido al parecer corneado por los astados, aunque sí se han registrado a lo largo del recorrido diversas caídas y trompicones que han requerido asistencia por parte de los servicios sanitarios, que al menos han realizado cuatro traslados a centros hospitalarios.
En una mañana fresca y nublada, las puertas de los corrales de Santo Domingo se han abierto a las ocho en punto, tras el lanzamiento del cohete, para dar paso a una manada que ha enfilado la cuesta agrupada y encabezada por los mansos.
Ya desde los primeros metros, un toro colorado se ha adelantado a sus hermanos para situarse a la cabeza de la manada junto a los cabestros, posición en la que ha continuado ya todo el encierro ganando poco a poco distancias.
Sin incidentes en la Cuesta de Santo Domingo, salvo algunos resbalones y caídas, los de El Pilar han llegado a la Plaza del Ayuntamiento ya disgregados, con tres morlacos a la cabeza, seguidos del cuarto, quinto y sexto por separado, dejando atrás a los mansos.
Así han cruzado la calle Mercaderes, por el centro y sin prestar atención a los corredores, y, tras salvar sin problemas la curva de acceso a Estafeta, el toro castaño ha cogido en esta calle velocidad separándose del resto.
La emoción ha estado presente en este tramo ya que la distancia que había entre los animales ha permitido a los corredores acercarse a las astas, aunque la nobleza de estos salmantinos ha hecho que no prestaran atención a los mozos.
Con los toros por delante y disgregados han atravesado Telefónica y el callejón, sin más novedad que los clásicos golpes y pisotones, llegando a la plaza sin entretenerse con los numerosos corredores que se dan cita en esa zona del recorrido.
Tampoco se han despistado en la arena, donde han seguido los capotes de los dobladores para ir directos a los chiqueros.