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alertas meteorológicas
Se avecina un nuevo episodio del fenómeno meteorológico El Niño para verano
Este fenómeno trae consigo a un aumento del calor a nivel global, sequía y precipitaciones. Por el momento, no hay indicaciones sobre la fuerza o la duración del fenómeno.
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Euskaraz irakurri: 'El Niño' fenomeno meteorologikoa espero da udarako
La Organización Meteorológica Mundial advierte que hay un 60 % de probabilidades de que el fenómeno meteorológico de El Niño comience entre mayo y julio, un 70 % entre junio y agosto, y un 80 % entre julio y septiembre. Esto provocaría un aumento de las temperaturas a nivel global, y sequías y precipitaciones en distintas regiones del mundo.
El secretario general de la OMM informa que El Niño podría traer un respiro a la sequía en el Cuerno de África y otros impactos relacionados con La Niña, pero también podría desencadenar fenómenos meteorológicos y climáticos más extremos. Por ello, advierte, que lo más probable es que su desarrollo provoque un nuevo repunte del calentamiento global y aumente las posibilidades de batir récords de temperatura.
"Acabamos de tener los ocho años más cálidos de los que se tiene constancia, a pesar de que en los últimos tres años hemos tenido un enfriamiento de La Niña que ha actuado como freno temporal al aumento de la temperatura global", ha declarado el secretario general de la OMM.
Los fenómenos de El Niño y La Niña y el estado neutro se alternan en un ciclo irregular denominado Oscilación Meridional de El Niño (ENOS). Este ciclo conforma la mayor variación del sistema climático de la Tierra; se produce en escalas de tiempo que van de estacionales a anuales y puede afectar al tiempo y al clima en todo el planeta.
¿Qué es El Niño?
Es un fenómeno climático natural asociado al calentamiento de la temperatura de la superficie del océano Pacífico tropical central y oriental. De media, se produce cada dos a siete años, y los episodios suelen durar entre nueve y doce meses.
Los episodios de El Niño suelen ir asociados a un aumento de las precipitaciones en algunas zonas del sur de Sudamérica, el sur de Estados Unidos, el Cuerno de África y Asia central, a graves sequías en Australia, Indonesia y partes del sur de Asia, y a huracanes en el centro y el este del océano Pacífico, mientras que dificultan la formación de huracanes en la cuenca atlántica.