Sociedad -
Crimen de Castro
Varios testigos coinciden en la mala relación de Carmen Merino con la víctima, su novio
Entre otros, el primo del fallecido, quien denunció su desaparición en abril de 2019, ha descrito su relación como "fatal" y ha afirmado que Jesús Mari "no estaba a gusto".
EITB Media
Euskaraz irakurri: Hainbat lekukoren arabera, Carmen Merinok harreman txarra zuen biktimarekin
Varios testigos han contradicho este martes la versión de Carmen Merino, la acusada de asesinar a su novio, Jesús Mari Baranda,un vizcaíno de 67 años, en Castro Urdiales y entregarle la cabeza a una amiga en una caja, y han apuntado a una supuesta mala relación entre ella y la víctima.
Entre otros, el primo del fallecido, quien denunció su desaparición en abril de 2019, ha descrito su relación como "fatal" y ha afirmado que Jesús Mari "no estaba a gusto", mientras que otros amigos han descrito que se quejaba de ella o que tuvieron discusiones en público.
Ella, por su parte, ha afirmado que tenían "cosas malas como cualquier matrimonio" pero que su relación era buena y ambos necesitaban "mucho amor" y se fueron "equilibrando". "Cuando Jesús se fue me quedé destrozada", ha dicho.
La acusada ha señalado que "Jesús tomaba de mi diazepam de vez en cuando para poder dormir bien". Ayer comenzaba el juicio por el crimen de Castro con la declaración de la acusada. Merino negó haber entregado una caja con el cráneo de su pareja a una amiga, y aseguró que se trataba de "un neceser con juguetes sexuales".
Asimismo, ha declarado que la motosierra fue comprada por la víctima para hacer una obra en casa de sus padres. No obstante, según un informe de la Guardia Civil, Merino adquirió por internet una motosierra Bosch, que se suele usar en jardinería, después de que su pareja desapareciera en febrero de 2019.
Tras el testimonio de la acusada, ha sido el turno de Alfonso Ricondo, primo de Jesús Mari, quien ha recordado que aunque no se haya encontraron ninguna motosierra, "hay una motosierra comprada y un cuerpo que no aparece", por lo que "siguen el indicio". De hecho, el informe preliminar de la autopsia dice que el cuello fue cortado con una superficie lisa y no de sierra.
La amiga ha relatado que Carmen Merino le entregó un paquete con, supuestamente, juguetes sexuales y lo guardó en un armario hasta que en esa fecha se "hartó" de tenerlo y decidió abrirlo, aunque la acusada le dijo en otra ocasión que no lo abriera "bajo ningún concepto".
Por otro lado, el hermano de la víctima ha negado haber accedido al ordenador de la acusada, quien ha afirmado que tenía "buena relación" con Jesús Mari, aunque Merino afirmó que no era así.
Este testigo ha dicho que no denunció la desaparición de su hermano porque se creyó lo que le decía la acusada, que estaba de viaje, y ha rechazado que se alejara de su hermano porque éste cambiara la herencia.
Varios amigos de la víctima han señalado que se extrañaron por la forma en la que se ausentó, sin contestarles a las llamadas, lo cual han asegurado, "no era normal" en él porque se veían con frecuencia y han rechazado que los mensajes que recibieron fueran escritos por él.
En concreto, el primo ha dicho que le vio "raro" días antes de desparecer y que cuando pasó un mes sin verle estaba convencido de que "no le vería más".
Un jurado popular compuesto por nueve personas juzga desde ayer a la mujer, que está acusada de asesinar y descuartizar a su pareja en 2019. La Fiscalía pide para ella una condena de 25 años de cárcel con inhabilitación absoluta durante todo ese tiempo, mientras que la acusación particular opta por la prisión permanente revisable, y subsidiariamente la solicitada por el ministerio público. La defensa considera que es inocente y reclama la libre absolución.