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Investigación
Un estudio sobre el calentamiento global de hace 56 millones de años puede dar pistas sobre el actual
El Departamento de Geología de la UPV/EHU ha analizado sedimentos del Paleoceno-Eoceno ha llegado a la conclusión de que lo que entonces ocurrió podría ser algo similar a o que ya está sucediendo en la actualidad en la Península Ibérica.
O. P. | EITB Media
Euskaraz irakurri: Duela 56 milioi urteko berotze globalari buruzko ikerketa batek gaur egungoari buruzko argibideak eman ditzake
Los resultados de un estudio del Departamento de Geología de la Universidad del País Vasco sobre sedimentos de hace 56 millones de años (Paleoceno-Eoceno) podrían servir para ajustar los modelos matemáticos que permitan predecir los efectos del cambio climático actual.
La Universidad ha explicado en un comunicado que gracias al análisis de sedimentos de hace 56 millones de años en la cuenca de Tremp-Graus (en el límite entre Lleida y Huesca), con los que se han analizado los cambios aluviales e hidroclimáticos producidos durante el calentamiento global del Paleoceno-Eoceno, se han podido ajustar los modelos matemáticos utilizados para predecir los efectos del cambio climático.
Gracias a los resultados de esta investigación que "puede servir para hacer previsiones de futuro" se ha llegado a la conclusión de que lo que entonces ocurrió podría ser algo similar a o que ya está sucediendo en la actualidad en la Península Ibérica.
Hace 56 millones de años se produjeron grandes emisiones de carbono a la atmósfera y a los océanos, lo que provocó un fuerte calentamiento global, denominado Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno, y es considerado un análogo antiguo del actual calentamiento antropogénico.
"A pesar de que el origen o la causa del calentamiento en aquella época era diferente, el proceso fue muy similar al actual, por lo que se considera similar al calentamiento global actual", ha señalado el doctor en Geología de la UPV/EHU y autor del estudio, Aitor Payros.
En este estudio se han analizado las condiciones hidroclimáticas en cuanto a precipitaciones y se ha observado que el calentamiento global modificó la distribución estacional de las precipitaciones y que además se modificó en varias fases. Al principio, las precipitaciones se concentraron en unos pocos meses, en torno al otoño; posteriormente, se distribuyeron de forma más homogénea a lo largo del año. Y, sin embargo, la última fase tendió a una mayor sequía".
"Al inicio de aquel calentamiento global se produjo un aumento de los contrastes estacionales en cuanto a las precipitaciones, que se concentraban en torno al otoño, con fuertes tormentas e inundaciones de gran magnitud, y en el resto de los meses se registraban periodos de sequía", ha matizado Payros.
"Esto es precisamente lo que está sucediendo en las últimas décadas, y en el último siglo, en el sudeste de la península ibérica: las lluvias intensas son cada vez más frecuentes en torno al otoño y al final del verano, y eso no ocurría hace 100 o 200 años", ha añadido.
Aunque el investigador ha señalado que no puede saberse con exactitud qué pasará en el futuro en el sudeste de la Península Ibérica, "sí se supone que la Tierra responde de forma similar a los mismos fenómenos, y podríamos pensar que en el futuro la distribución anual de las precipitaciones podría ser más homogénea en el sureste peninsular o en otras regiones de clima similar".
Para saber con exactitud los cambios climáticos que se producirán en el futuro, los modelos informáticos o matemáticos utilizados para predecir el clima necesitan ser capaces de reproducir los fenómenos que tuvieron lugar durante los antiguos calentamientos globales; modelos informáticos y matemáticos que pueden ajustarse con los datos de este estudio de la UPV/EHU.