Sociedad -
Juicio
El novio de Rangel dice que perdió 'la conciencia' durante el crimen
El procesado para el que las acusaciones piden 35 años de prisión, ha declarado este martes ante el tribunal que le juzga en la Audiencia de Gipuzkoa.
Redacción
El hombre acusado de matar a su compañera sentimental, Clara Rangel, hace tres años en Errenteria recuerda haber cogido el cuchillo con el que cometió el crimen pero no lo que ocurrió después, ya que asegura que perdió "la conciencia" tras una noche en la que había consumido gran cantidad de alcohol y cocaína.
El procesado, de nacionalidad venezolana al igual que la fallecida, para el que las acusaciones piden 35 años de prisión, ha declarado hoy ante el tribunal del jurado que le juzga en la Audiencia de Gipuzkoa.
También han testificado su hermano y el hijo mayor de la víctima, que resultaron heridos al intentar impedir que el acusado siguiera acuchillando a la mujer, de 33 años, en el domicilio donde vivían en Errenteria.
El imputado, de 32 años, ha afirmado que lo que hizo lo está "matando por dentro" y que por ello está pagando una "doble condena", la "impuesta por la sociedad" y la que tiene consigo mismo. El asesinato ocurrió el 29 de diciembre de 2008.
Ha explicado que su relación con Clara Rangel fue "muy normal al principio", pero que luego "se fue deteriorando la comunicación y la convivencia".
Ha insistido en que en los tres meses antes de matarla "se complicó todo", ya que percibía que ella estaba "más distante" y empezó a sentir celos y a "controlar" su teléfono móvil porque sospechaba de relaciones con otros hombres, "alterado" además por el alcohol y la cocaína, sustancia que ha dicho que empezó a consumir en 2003 a partir de la muerte de su madre.
Ha recalcado, sin embargo, que nunca maltrató ni amenazó a su compañera y ha negado que unas semanas antes intentara agredirla durante una discusión en la cocina, testimonio que no coincide con el de el hijo de la víctima -fruto de una relación anterior de esta y que entonces tenía 16 años-, quien ha señalado que su madre le dijo que había hecho un corte en un dedo a su pareja al intentar defenderse con un cuchillo porque quería pegarla.
El acusado ha dicho que desconocía que su compañera estuviera embarazada -de cinco o seis semanas- y ha subrayado que si hubiera estado en sus "facultades" no la habría matado porque ella era su "vida".
"Sentía que sin ella se me acababa la vida. No sé que pasó, me jugó una mala pasada la cabeza", ha añadido.