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Bizkaia comienza un proceso de transformación de las residencias en unidades convivenciales
La residencia municipal de Getxo es la primera en Bizkaia que trabaja con un modelo de unidades pequeñas de convivencia. El objetivo es poder disponer de un 35% de las plazas de responsabilidad foral organizadas en unidades convivenciales para finales de 2023.
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La Diputación Foral de Bizkaia impulsará un proceso de desarrollo de unidades de convivencia de hasta 25 personas en los centros residenciales. Tendrán como objetivo favorecer una atención más personalizada, que sean "lo más parecido al hogar", abiertas a la comunidad, y que den respuesta a las "diversas necesidades, deseos y expectativas" de las personas que requieren de apoyos.
El Diputado General de Bizkaia, Unai Rementeria, ha visitado la residencia municipal Sagrado Corazón de Getxo, que ya ha culminado el proceso de transformación de todo el centro en unidades convivenciales.
Rementeria ha destacado que este proceso de transformación para personalizar los cuidados de larga duración "avanza", ya que "está en marcha en otra veintena de residencias en Bizkaia".
Esta evolución del enfoque de atención "supone un cambio cultural importante" y exige la adaptación de procesos y dinámicas consolidadas hasta la fecha. Por ello, Rementeria ha señalado que "transformar las residencias a escala humana está siendo un proceso paulatino y progresivo, compartido y acompañado desde la Diputación, que nos debe llevar a que el 35% de la atención residencial de responsabilidad foral sea en unidades convivenciales a finales de 2023".
"Seguimos dando pasos en firme hacia ese bienestar de todos y todas. Especialmente de las personas mayores de Bizkaia que necesitan cuidados de larga duración", ha concluido.
Por su parte, la alcaldesa de Getxo, Amaia Agirre, ha recordado que "la residencia municipal Sagrado Corazón es la primera en Bizkaia que trabaja con un modelo de unidades pequeñas de convivencia, y atención centrada en la persona, en todo su edificio y organización".
"Nuestro objetivo es favorecer la autonomía de las personas, promover sus capacidades, a la vez que garantizar el respeto a su dignidad, derechos e historia de vida. Este reconocimiento foral pone en valor el proceso emprendido por la residencia en 2017 con el esfuerzo y la implicación de todo el personal del centro, que han hecho posible la transformación", ha destacado Amaia Agirre.