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Campaña
En marcha la campaña de concienciación 'La comida no se tira' que busca evitar el despilfarro de comida
El Gobierno Vasco y la Fundación Vasca para la Seguridad Agroalimentaria, Elika, han puesto en marcha una campaña para evitar el despilfarro de alimentos.
O.P. | Eitb Media
Euskaraz irakurri: Abian da 'Janaria ez da botatzen' kontzientziazio kanpaina, janari-galera saihestea helburu
El Gobierno Vasco y la Fundación Vasca para la Seguridad Agroalimentaria Elika han puesto en marcha la campaña La comida no se tira para concienciar a la ciudadanía sobre el despilfarro de alimentos y evitarlo.
El viceconsejero de Agricultura, Pesca y Política Alimentaria, Bittor Oroz, y la directora de Elika, Arantza Madariaga, han presentado hoy la campaña, que se prolongará hasta el 20 de diciembre.
Durante tres semanas se divulgarán mensajes y recomendaciones a través de la prensa escrita y digital, cuñas de radio, redes sociales, autobuses y marquesinas de las tres capitales vascas. Se trata, por un lado, de hacer consciente del problema a la sociedad y de explicar las consecuencias que tiene "tirar" un alimento y, por otro, de dar soluciones o recomendaciones sencillas para que las personas consumidoras puedan contribuir en la reducción del despilfarro de alimentos.
Alrededor del 20 % de los alimentos producidos en la UE se pierden o desperdician, por otra parte, cada dos días unos 33 millones de personas no pueden permitirse una comida de calidad. Además, el despilfarro de alimentos tiene un enorme impacto ambiental, ya que representa aproximadamente el 6 % de las emisiones totales de gases de efecto invernadero de la UE y supone una carga innecesaria sobre los recursos naturales limitados, como el uso de la tierra y el agua.
Con estos datos en la mano, el Gobierno Vasco puso en marcha hace unos meses la iniciativa Basque Green Deal-Pacto Verde de Euskadi para impulsar el Pacto Verde Europeo. Esta iniciativa marca la hoja de ruta que seguirá la CAV para salir de la crisis climática y lograr un desarrollo más inclusivo y sostenible. Entre los objetivos del Pacto está la reducción del despilfarro alimentario, en línea con los criterios establecidos por la ONU en sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, cuyo Objetivo 12.3 establece que, para 2030, se deberá "reducir a la mitad la cantidad de alimentos per cápita que se desperdician en la venta al detalle y entre los consumidores, y reducir las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y suministro".
A comienzos del año 2018, el Gobierno Vasco a través de Elika, la Fundación Vasca para la Seguridad Agroalimentaria, llevó a cabo el diseño e implementación de la Estrategia Vasca contra el Despilfarro de Alimentos, con el fin de dar respuesta al objetivo 12.3 de la ONU alineándolo con las Estrategias de Alimentación Circular, Reducción de Residuos y con el Plan Estratégico de Gastronomía y Alimentación de Euskadi.
La campaña La comida no se tira se enmarca, precisamente, en dicha Estrategia Vasca contra el Despilfarro de Alimentos.
Diagnóstico del despilfarro en marcha
Entre 2019 y 2020, el grupo de trabajo coordinado por ELIKA, y que aglutina a Hazi, Azti, IHOBE, Cluster de la Alimentación de Euskadi y Neiker, realizó un primer diseño y definición de la metodología para el diagnóstico del despilfarro en la CAV y como primer paso en el diagnóstico se ha analizado el sector primario (agricultura y ganadería) y el sector alimentario, que según la FAO supone el 30 % del despilfarro de toda la cadena alimentaria mundial.
En el sector primario, por ejemplo, se estima que se pierde un 3,70 % del total producido. Estas pérdidas se distribuyen en los subsectores agropecuario, con un 7,10 % en agricultura y un 3 % en ganadería, siendo la horticultura la actividad agrícola que genera una mayor pérdida.
La mayor pérdida en agricultura se produce en la cosecha o en el proceso productivo (40 %), seguida de los daños por climatología, plagas, etc. (29,1 %) y el incumplimiento de los estándares de calidad (16,4 %). Más de la mitad de estas pérdidas (57,6 %) no se aprovecha en absoluto y el resto se dedica principalmente al pasto de animales, sólo un 3,4 % se envía a bancos de alimentos.
En el caso de la ganadería, las principales causas de las pérdidas son similares: en la elaboración o recogida (33,33 %), los daños en el producto (27,45 %) y la no adaptación a los estándares (13,73 %). Casi la mitad de estas pérdidas (47,62 %) no se aprovechan, el 19,05 % se destinan a la alimentación animal y el 2,38 % se envían a bancos de alimentos.
La industria alimentaria es el segundo eslabón de la cadena agroalimentaria y así lo recoge el estudio. Según los datos iniciales, se pierde un 5,36 % del volumen producido. Por el contrario, el informe destaca que las empresas son conscientes del impacto económico, social y medioambiental del despilfarro alimentario y trabajan para reducirlo. Las actividades de mayor despilfarro son la industria cárnica, otras industrias alimentarias y la molienda de pan.
En cuanto a las causas, el 63,2 % de las pérdidas se producen en el proceso productivo, el 19,3 % en los controles de calidad y el 12,3 % por excedentes de producción. El 25 % de estas pérdidas se destinan a la extracción de ingredientes de valor añadido, el 21 % a la alimentación y el 14 % al banco de alimentos.