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Texto del obispo de Donostia

Munilla: 'El aborto es un suicidio demográfico y moral de la mujer'

El obispo de Donostia advierte de que "el aborto no es un mal aislado, sino un signo de una sociedad enferma".

Redacción

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El obispo de Donostia, José Ignacio Munilla, ha afirmado que "el aborto se traduce en un suicido demográfico, psicológico y moral de la mujer". Hace estas manifestaciones en una reflexión titulada "¿Se equivocó de puerta?", escrita tras conocerse que el pasado 29 de enero un indigente encontró a un bebé abandonado por su madre en una iglesia de la capital guipuzcoana.

En este contexto, Munilla recuerda que "a escasos metros de la puerta de aquella iglesia y en la misma acera" existe "una clínica abortista, en cuyo escaparate se publicita el aborto, como si de una ortodoncia se tratase".

"Paradójicamente -indica-, si aquella joven madre hubiese elegido esta otra puerta", el abandono del bebé "no habría sido noticia", ella no habría sido detenida, y ahora no tendría que "afrontar la previsible pena de dieciocho meses a tres años de cárcel por abandono de un menor" que podría serle impuesta.

"¿El mundo al revés?" se pregunta Munilla, antes de felicitarse porque la vida ha triunfado sobre la muerte en este caso, ya que el niño vive y "será acogido por unos padres que le amarán como a uno más de sus hijos". "¿Cómo es posible que tantos entre nosotros suspiren por conseguir una adopción en el extranjero y al mismo tiempo sacrifiquemos la vida de miles y miles de inocentes? ¿No será que el materialismo y la secularización han reducido la vida a un mero objeto de deseo?, recalca el obispo.

Tras asegurar que "el feminismo que reivindica el aborto como instrumento de emancipación de la mujer vive de espaldas a larealidad", el prelado vasco recuerda que en San Sebastián existe un grupo de "rescate de niños con riesgo de ser abortados" que trabaja bajo la coordinación de la Fundación Red Madre. El religioso advierte no obstante de que "el aborto no es un mal aislado, sino un signo de una sociedad enferma" algo que, a su entender, queda demostrado cuando "las clínicas abortistas no tienen problema alguno para publicitarse, mientras que son censurados unos anuncios publicitarios que osan recordar a los padres el derecho que tienen a decidir sobre la educación religiosa de sus hijos".

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