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CORONAVIRUS
¿Se puede beber alcohol después de vacunarse?
No hay ensayos clínicos que analicen las consecuencias del consumo de alcohol después del pinchazo, pero sí que está probado un empeoramiento del sistema inmunitario de aquellas personas que hacen una elevada toma de bebidas alcohólicas.
EFE | EITB MEDIA
¿Se puede beber alcohol después de vacunarse? Al parecer, es una de las preguntas más repetidas tras la vacunación contra la covid-19. Y es que muchas personas, sobre todo jóvenes, deciden celebrar el pinchazo brindando con amigos, después de tanto tiempo de restricciones.
Aunque no hay ensayos clínicos que analicen las consecuencias del consumo de alcohol después de la inoculación, sí que está probado un empeoramiento del sistema inmunitario de aquellas personas que hacen una elevada toma de bebidas alcohólicas.
Estas personas tienen más posibilidades de sufrir infecciones de virus o bacterias porque el alcohol no permite que los anticuerpos se desplacen al lugar donde se encuentra el virus y el organismo queda expuesto a sufrir las consecuencias de la infección.
"El alcohol genera reacciones en el organismo que nos provocan una serie de barreras", explica la enfermera y doctora en biología molecular Marina Mateu, que pone el ejemplo de un laboratorio del que se va quitando material y, por tanto, ya no se puede trabajar correctamente, como cuando se contaba con todos los recursos.
Mateu cuenta que estas barreras se producen en gran medida porque "el hígado está ocupado en procesar el alcohol en lugar de hacer su función" y esto hace que el sistema inmunológico no funcione correctamente: "Nuestro organismo tiene un sistema propio de hacer frente a reacciones que el alcohol nos bloquea".
Ante ello, Mateu apela a una actitud de prudencia y responsabilidad.
No obstante, el periodista Anahad O'Connor publicó en The New York Times que no parecía que la ingesta moderada de alcohol, una o dos copas, pudiera afectar a la inmunización que ofrecen las vacunas de Pfizer, Moderna o Janssen, apuntando a que el peligro está en los consumos excesivos.
Países como Rusia, que cuenta con una de las mayores tasas de consumo de alcohol del mundo, han recomendado a la población evitar el consumo de este tipo de bebidas durante las dos semanas previas a ponerse la vacuna y hasta 42 días después de haberla recibido.
En estudios realizados previamente con otro tipo de vacunas o fármacos sí que se ha visto que el alcohol magnifica los síntomas o efectos secundarios que se pueden generar, como fiebre, dolor de cabeza o malestar general.