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ESTUDIO DE EUSTAT

El trabajo doméstico no remunerado equivale a casi el 28 % del PIB de la CAV

En relación a la distribución por sexo, es fundamentalmente femenino, ya que cuando el trabajo doméstico se produce dentro del propio hogar, el 67,2 % lo aportan las mujeres.

Una persona preparando la comida. Foto: PIXABAY
Una persona preparando la comida.
Una persona preparando la comida. Foto: PIXABAY

A. S. | EITB Media

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Euskaraz irakurri: Ordaindu gabeko etxeko lana EAEko BPGaren ia % 28 da

El valor del trabajo doméstico no remunerado equivale al 27,7 % del Producto Interior Bruto (PIB) de la CAV, al alcanzar en 2018 los 21 296 millones de euros.

El Instituto Vasco de Estadística-Eustat ha elaborado la sexta edición de la Cuenta Satélite del Trabajo Doméstico de periodicidad quinquenal, cuyo objetivo fundamental es proporcionar una imagen global de las actividades productivas realizadas por los hogares y estimar el valor económico aportado.

Al analizar los datos de los últimos 25 años, destaca el descenso en el porcentaje de participación del valor del trabajo doméstico no remunerado en el PIB, desde el 46,2 % de 1993 al 27,7 % de 2018, año en el que se llegó al mínimo de la serie histórica.

El Eustat ha explicado que se ha puesto de manifiesto el carácter contracíclico de la producción doméstica, que aumenta en épocas de crisis por efecto de una transferencia de recursos desde la economía de mercado a la doméstica no remunerada y disminuye en momentos de bonanza.

En 2018 la distribución por funciones no presentó grandes diferencias respecto al año 2013, ya que se mantiene el orden de importancia en las funciones que concentran una mayor proporción del total: en primer lugar se sitúan los trabajos destinados a proporcionar comida (40,4 %) y alojamiento (29,6 %), seguidos de las funciones de proporcionar cuidados y educación (22,5 %) y, finalmente, ropa y otros (7,5 %).

Sin embargo, destaca el creciente peso que va tomando la función de proporcionar cuidados y educación, que pasa de representar el 15,5 % en 2008 al 22,5 % en 2018, en detrimento de la función de proporcionar comida, que desciende de representar el 44,7 % en 2008 al 40,4 % en 2018.

Estos datos, parece que van parejos a una pirámide de población más envejecida y que requiere más cuidados en los hogares, según el Eustat.

En función del sexo

En relación a la distribución por sexo del valor del trabajo doméstico no remunerado y, al igual que ocurre en el mercado remunerado, es fundamentalmente femenino, ya que cuando el trabajo doméstico se produce dentro del propio hogar, el 67,2 % lo aportan las mujeres.

Por funciones, es en el alojamiento y vivienda (38 %) y en proporcionar cuidados y educación (34,7 %) donde se evidencia la mayor aportación de los hombres en 2018, seguida por la función de proporcionar comida (30,9 %), mientras que la menos participada es la de proporcionar ropa y otros (17,4 %).

La evolución en los últimos 25 años pone de manifiesto que, aunque los hombres han incrementado en 12 puntos su participación en el trabajo doméstico, la mujer aún duplica, en 2018, el porcentaje que asume en relación al total del trabajo doméstico no remunerado.

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