"Aunque haya crecido la demanda de productos locales, queda mucho trabajo"

Con la Navidad a la vuelta de la esquina, muchos productores del sector primario estarían  ahora preparando sus mejores cestas para lucirse en los grandes mercados que se celebran en estas fechas en decenas de pueblos y ciudades. Sin embargo, la covid-19 ha obligado a cancelar este tipo de ferias que congregan a miles de personas.

No cabe duda de que son citas importantes para los baserritarras, escaparates para potenciar la venta de sus productos  y socializar su modelo de producción. Sin embargo, son los pequeños mercados diarios o semanales los que les dan de comer, y es ahí donde han volcado todos sus esfuerzos para poder paliar el impacto de la crisis sanitaria en la venta directa de los productos locales.

Llevan años buscando nuevas fórmulas para posibilitar el suministro de sus productos a las personas consumidoras que quieren alimentos de temporada, y son muchas las iniciativas que se han puesto en marcha en este sentido, como el servicio de cestas personalizadas a domicilio. El trato cercano y personal sigue siendo su principal característica, aunque también han sabido adaptarse a las nuevas tecnologías a través de plataformas de venta online. Abogan por un modelo sostenible de producción y trabajan para trasladar a los consumidores esa filosofía de vida.

Lorea Muguruza (Idiazabal, 1983) responsable de prensa del sindicato de las personas agricultoras y ganaderas de Euskal Herria EHNE Gipuzkoa trabaja precisamente en esa labor de divulgación. Subraya que los mercados son el último eslabón de una cadena donde "el consumidor es parte de un proceso no sólo económico, sino social y político". Baserritarra y periodista de profesión, señala que el sector primario ha sabido siempre adaptarse a los nuevos tiempos. "No son tiempos fáciles, dada la complejidad organizativa que requiere en esta situación llegar hasta el consumidor, pero el baserritarra siempre ha demostrado que es capaz de adaptarse a los nuevos tiempos. En esta crisis también hemos sabido articular nuevos canales de colaboración con nuestros clientes".

A pesar de los estragos que está provocando el virus en todo el mundo,  "nuestras huertas mantienen su ritmo y nos permiten obtener verduras y frutas de temporada como siempre", destaca Muguruza al tiempo que reconoce que varios sectores del mundo rural sí se han visto "muy afectados por la crisis sanitaria"; los productores de flores o los pequeños ganaderos, entre otros. Por diferentes motivos, "no han podido llevar a cabo su actividad económica" lo que "ha provocado importantes pérdidas".  Recuerda que fue "un gran sinsentido pretender vetar los mercados al aire libre" para concentrar la venta de alimentos en espacios cerrados. "Los consumidores demostraron que quieren productos frescos y confían en nuestro trabajo. Gracias a la colaboración de todos conseguimos mantener abiertos los mercados", añade.

Y aunque suene un poco difícil, la pandemia ha podido dejar algo positivo como una mayor conciencia sobre el medio ambiente y sobre lo que comemos. La demanda de cestas para el consumo de alimentos locales ha crecido durante el confinamiento, "aunque todavía queda mucho trabajo". "El confinamiento sí que ha podido aumentar ligeramente la conciencia sobre la relevancia de consumir productos locales, pero tampoco ha sido una revolución. Ha sido como la lista de los propósitos de cara al año nuevo; cuando estuvimos confinados parecía que íbamos a tomar una mayor conciencia, pero con la vuelta al día a día, volvemos a lo de antes",  afirma.

La clave, añade, es un cambio de políticas para impulsar y fortalecer el desarrollo sostenible del medio rural. "Si realmente creemos que el primer sector es fundamental, los partidos políticos deberían priorizar en sus agendas planes estratégicos para incentivar este sector. Debemos alcanzar acuerdos y decidir como nación si queremos alimentarnos con productos locales o queremos seguir dependiendo de la importación. Ese debería ser el primer paso, y a partir de ahí comenzaríamos a construir un futuro sostenible: qué productos necesita este pueblo, quién y cómo los puede producir, cómo los podemos vender … de momento, no se ha llevado a cabo ese debate global".

Muguruza mira al futuro con preocupación, sobre todo, por la brecha abierta en la transmisión del conocimiento del medio rural. "Todo ese conocimiento sobre la naturaleza, el caserío, los productos de la huerta … habría que trasladarlo al espacio urbano para que todo el mundo sea consciente de lo que nos rodea y de lo que consumimos".

Entrevista original en euskera en este enlace.