Sociedad -
Bilbao
Ertzainas descartan que la madre acusada de matar a su hija actuara obligada
La madre mantiene que fue obligada por una tercera persona, un hombre, pero los ertzainas dicen que “no tiene sentido” porque todos los investigados tienen coartada.
agencias | redacción
Euskaraz irakurri: Ertzainek baztertu egin dute alaba hil zuen emakumeak behartuta egin zuela
Los ertzainas que investigaron el caso del asesinato de una niña de 9 años, presuntamente cometido por su madre, en una vivienda de Atxuri (Bilbao) el pasado mes de enero han descartado que existiera una tercera persona -un hombre- que obligara a la madre a matar a su hija, tal y como mantiene la acusada.
"No creemos que exista esa tercera persona, no dimos credibilidad a esa versión", según han testificado este viernes en la segunda sesión de este juicio que se celebra en la Audiencia de Bizkaia.
La Fiscalía, la acusación particular y la acción popular consideran que la madre cometió un asesinato con alevosía y piden para ella la prisión permanente revisable, mientras que la defensa pide la libre absolución ya que la responsabilidad penal sería de esa tercera persona, que, según la versión de esta parte, accedió encapuchada a la vivienda.
Los hechos ocurrieron el 16 de enero pasado cuando la hija mayor, de 20 años, llegó a la vivienda y encontró a su madre y hermana inconscientes y abrazadas. Tras llamar a emergencias, los sanitarios consiguieron reanimar a la madre y trasladarla al hospital, pero la pequeña murió.
Los agentes que han comparecido en la vista oral han incidido en que la puerta de la casa no tenía signos de haber sido forzada, ni en su interior se apreciaban evidencias de que se hubiera producido una agresión, ni lo vecinos oyeron ni vieron nada. Han asegurado que investigaron a todos los hombres de la familia, entre otros, y todos tenían coartada, por lo que "no tiene sentido" la versión de la existencia de una tercera persona.
Un informe forense indica que la mujer no presentaba alteraciones, ni paranoias, ni patologías psiquiátricas. Tampoco se apreciaban secuelas de una antigua adicción a los opiáceos.