Sociedad -
Asesinato de Julen
El TSJPV confirma la condena de 19 años de cárcel al padre de Julen
El tribunal ha desestimado el recurso de Luis Serrano contra la sentencia de la Audiencia de Gipuzkoa, y ratifica que mató a su hijo de una puñalada en el pecho.
Agencias | Redacción
Euskaraz irakurri: Julenen aitari jarritako 19 urteko zigorra baieztatu du EAEko Auzitegi Nagusiak
El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco ha ratificado la condena de 19 años de cárcel al padre de Julen, de 13 años. Luis Serrano mató a su hijo de una puñalada en el pecho en diciembre de 2011 en Donostia.
La defensa de Luis Serrano interpuso un recurso contra la sentencia de la Audiencia de Gipuzkoa al entender que se habían quebrantado las garantías procesales del representado por la inadmisión de varias pruebas, pero ahora ha sido desestimado por el TSJPV.
Tanto la acusación particular, ejercida por la madre de Julen, y el Ministerio Fiscal, se opusieron a las pretensiones de la defensa.
La Sala de lo Civil y Penal del TSJPV ha desechado todos los argumentos de Luis Serrano, y ha subrayado que la sentencia está "especialmente bien fundada", derivada de un veredicto de culpabilidad "igualmente bien fundado".
Para el TSJPV, se relatan "de manera detallada los razonamientos que llevan al fallo, desarrollando de forma ordenada y pormenorizada los elementos de convicción", por lo que "es suficiente para enervar la presunción de inocencia del acusado".
La "prueba indiciaria" en la que se basa la condena cumple con los "requisitos jurisprudenciales" necesarios, según el Tribunal.
Añade que la unión de todos los indicios "se deduce un discurso fáctico razonable, bastante más razonable que las hipótesis de suicidio o accidente que ha manejado la defensa a lo largo del procedimiento".
La sentencia aún puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo.
Serrano mató a su hijo como "venganza" por el divorcio
El jurado consideró probado que Luis Serrano mató a su hijo, como "venganza" contra la madre a causa del divorcio, clavándole un cuchillo en el corazón de forma "repentina" e "inesperada", sin dar a Julen opción de defensa alguna.
También dio por acreditado que, durante la agonía del niño, permaneció junto a él sin solicitar auxilio, a pesar de tener un teléfono móvil o poder hacerlo a través de una ventana de la habitación.