Sociedad -
OPERACIÓN ''HONDAKINA''
Investigan a una empresa de Erandio por deshacerse de material contaminante a golpes
La empresa Indumental Recycling, que se presenta como líder del sector del reciclaje de chatarra electrónica podría haber contaminado el río así como haber puesto en peligro a trabajadores y vecinos.
AGENCIAS | REDACCIÓN
Euskaraz irakurri: Erandioko enpresa bat ikertzen ari dira, material kutsagarria kolpeka deusezteagatik
La Guardia Civil ha informado hoy de que el Seprona acusa a una empresa de Erandio, la empresa Indumental Recycling según las agencias de noticias, de manipular irregularmente residuos peligrosos, poniendo en peligro el medioambiente y a las personas.
La empresa, constituida en 1984, se define en Internet como "líderes en la gestión" de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (los RAEEs). 10 de sus responsables han sido acusados.
Según se desprende de las investigaciones, acababan a martillazos con televisores, ordenadores y demás aparatos con sustancias peligrosas en sus tripas, que deben tratarse adecuadamente.
La operación, denominada "Hondakina", ha contado con la colaboración de Europol, ya que la empresa también recibía y trababa así material procedente de Alemania, Francia, Portugal e Italia.
Triturar en vez de descontaminar
La empresa empezó a ser investigada en julio de 2015 tras las sospechas del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente y de la Comandancia de la Guardia Civil de Segovia de que podría estar haciendo una gestión irregular de RAEEs, sobre todo de los denominados "cabezones", que son los televisores y ordenadores de tubo, es decir, los que no tienen pantalla plana.
La Guardia Civil calcula que Indumental Recycling podría gestionar 2.000 toneladas de estos residuos al año, sin cumplir con los requisitos legales para ello, a pesar de estar autorizada para llevar a cabo esa gestión y cobrar por ello. Estos residuos deben ser descontaminados por ley, y la empresa dispone los medios necesarios para ello, sin embargo, según las investigaciones, en vez de descontaminarlos, se dedicada a triturarlos.
Ya desde la llegada del material, el tratamiento no era el correcto. Así, la propia descarga de los aparatos desde los camiones se hacía por el método de volcado, lo que provocaba la rotura de los mismos y, por tanto, el riesgo de que desde ese primer momento desprendieran sustancias peligrosas era más que evidente, recalcan fuentes de la investigación.
Además, una parte importante del material, al que además no se le había retirado todas las sustancias que contenía, era tratado por maquinaria que lo fracturaba sin cuidado alguno en el patio de la planta.
Riesgo para trabajadores y vecinos de la planta
Como consecuencia de esta incorrecta manipulación, la empresa investigada podría haber estado vertiendo residuos procedentes de lixiviados y moliendas a la ría que está próxima o al alcantarillado, con el consiguiente riesgo de contaminación.
Riesgo también para la salud de los trabajadores de la planta, que operaban en contacto con diversos contaminantes sin las medidas adecuadas de protección.
El tratamiento inadecuado de los aparatos en todas las fases de su gestión (transporte, descarga, clasificación, desmontaje y tratamiento específico) provocó que en la planta se esparcieran sustancias peligrosas como plomo, cadmio, cobre, zinc o fósforo.
La investigación constata también que el material resultante de ese machacado sin descontaminar era vendido por la empresa a fundiciones, por lo que el negocio era doble, ya que por un lado cobraba por una gestión que no hacía y por otro, obtenía ingresos vendiendo el producto como material para fundir.