Sociedad -
Marcha Civil por Alepo
Desde Bilbao hacia Alepo, para arropar a los refugiados
La bilbaína Ana Elena Altuna y su hija Aixa se unen a la Marcha Civil Por Alepo, que busca la "movilización activa" frente a este conflicto y su visibilización.
Agencias | Redacción
Euskaraz irakurri: Bilbo eta Alepo lotzen, errefuxiatuen alde
Ana Elena Altuna y su hija Aixa, activistas de la plataforma Ongi Etorri Errefuxiatuak, se han unido a la Marcha Civil por Alepo, un proyecto que pretende visibilizar la "movilización activa de la ciudadanía" frente a este conflicto, "reclamando el cese de la guerra en Siria y la apertura de corredores humanitarios seguros".
Esta iniciativa partió el pasado 26 de diciembre desde Berlín siguiendo, "simbólicamente y a la inversa", la ruta a pie de 3000 kilómetros que recorren los refugiados hasta la frontera con Siria, tal y como han apuntado desde Ongi Etorri Errefuxiatuak en un comunicado.
Este mes de abril, antes de participar en las marchas de apoyo a personas refugiadas que partirán desde diferentes puntos de Euskal Herria y otras partes del Estado hacia Gernika, Ana Elena y su hija Aixa se sumarán a la Marcha Civil por Alepo en su recorrido por Serbia.
Serbia es el séptimo país que atraviesa la marcha, después de pasar por Alemania, República Checa, Austria, Eslovenia, Croacia y Bosnia-Herzegovina. La organización prevé llegar a Siria en octubre después de cruzar Serbia, Macedonia, Grecia y Turquía.
Ana Elena, que ya participó en el principio de la marcha en Berlín junto a su otra hija Naima en diciembre de 2016, y Aixa participarán en tres etapas del recorrido por Serbia antes de regresar a Bilbao para acudir al encuentro Ongi Etorri Gernika 2017, que tendrá lugar los próximos días 29 y 30 de abril en Gernika con motivo del 80 aniversario del bombardeo.
Entrevista con Ana Elena Altuna sobre su primera experiencia en la Marcha Civil por Alepo
Los participantes partirán los próximos días 28 y 29 para agruparse en Muxika el sábado 29 a las 16:00 horas. Desde allí, la columna central recorrerá a pie los últimos tres kilómetros hasta Gernika donde se hará la entrada en silencio bajo el sonido de la sirena de Astra que hace 80 años alertó del bombardeo.