Sociedad -
Donostia-San Sebastián
Investigan por maltrato a un abogado de víctimas de violencia machista
El imputado, abogado de la familia de Nagore Laffage, está acusado de maltrato habitual a su pareja.
AGENCIAS | REDACCIÓN
Euskaraz irakurri: Nagore Laffage auziko abokatua inputatu dute, tratu txarrak egotzita
Miguel Alonso Belza, miembro del Turno de Oficio de Violencia contra la Mujer del Colegio de Abogados de Gipuzkoa y conocido por haber representado a la familia Nagore Laffage, víctima de un asesinato machista en sanfermines de 2008, es investigado en un proceso judicial por presunto maltrato a su compañera sentimental.
En este contexto, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Donostia-San Sebastián ha dictado una orden de protección en favor de la víctima, a la que ha tenido acceso EFE, que prohíbe al letrado aproximarse a la mujer y comunicarse con ella durante la tramitación de la causa que se sigue por estos hechos.
Miguel Alonso Belza, que ha llevado numerosos casos penales en Gipuzkoa, ha sido profesor de Derecho Penal en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y es Miembro de Honor del Instituto Vasco de Criminología (IVAC), además de diputado de la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados de Gipuzkoa, a la que ha dejado de pertenecer tras conocerse este caso.
En declaraciones a EFE, el abogado que le representa en esta causa, Juan Román Zubillaga, ha negado "categóricamente" los hechos que se imputan a su defendido y ha precisado que la medida cautelar de protección dictada contra su cliente ya ha sido recurrida en apelación ante la Audiencia de Gipuzkoa.
El turno de oficio contra la violencia de género de Gipuzkoa, al que aún pertenece Belza, es un servicio gratuito para la víctima y de adscripción voluntaria para los letrados.
En la actualidad, el turno cuenta con más de doscientos profesionales. Para poder formar parte de este turno, los togados deben llevar al menos tres años inscritos en el Colegio y ser especialistas en materia de malos tratos, para lo que previamente deben haber superado un cursillo de formación.
Los hechos que han motivado ahora la orden de protección contra Alonso Belza tuvieron lugar presuntamente entre abril y diciembre de 2016, cuando, según el auto del Juzgado de Violencia sobre la Mujer, la víctima habría sufrido, "indiciariamente", "numerosos episodios de agresividad física, psíquica y ambiental" por parte de su compañero, con el que había iniciado una "relación afectiva" en 2015.
El texto judicial considera que los hechos "son aparentemente constitutivos de un posible delito de maltrato habitual, así como de diferentes delitos de maltrato y de acoso en el ámbito de la violencia de género".