Sociedad -
Abusos sexuales a menores
Una víctima relata los abusos cometidos por Juan Kruz Mendizabal
En una entrevista concedida al diario 'Berria', cuenta que el exvicario de San Sebastián abusó de él en 1994 durante un campamento en Burgui, cuando tenía 13 años.
AGENCIAS | REDACCIÓN
Euskaraz irakurri: Mendizabalek sexu abusuak egin zizkiola kontatu du biktima batek
El hombre de 36 años que acudió ayer al Obispado de Gipuzkoa para denunciar los abusos sexuales que presuntamente le infligió el exvicario general de la diócesis Juan Kruz Mendizabal ha relatado que los hechos sucedieron en el verano de 1994, en un campamento de "Boy Scouts" en Burgui cuando él tenía 13 años.
M.A., la tercera persona que ha denunciado ante la Iglesia los abusos presuntamente cometidos por el sacerdote guipuzcoano, ha contado los hechos con detalle en un testimonio que publica hoy el diario Berria, en el que explica que Mendizabal era entonces representante de la Iglesia en el grupo de los "scouts" de Gipuzkoa, motivo por el que se encontraba en un campamento en Burgui con chavales de entre 13 y 16 años.
Una noche, cuando la víctima dormía sola en una tienda de campaña, se despertó al sentir dentro del saco de dormir "una mano" que le tocaba "el pene y los testículos".
"No me lo podía creer. Sentí alguien jadeando dentro de la tienda, mientras se masturbaba con la otra mano. En seguida supe que era él. Lo supe, sin más, sin tener que mirarlo a la cara. Lo supe sin ningún margen de duda", relata M.A.
Comenzó a moverse, como si aún siguiera dormido, y su agresor sacó la mano, pero después volvió a abusar de él, hasta que el niño se zafó de pidiendo agua, "cada vez más alto". Según este testimonio, Mendizabal le dijo que le traería el agua, momento en el que la víctima salió de la tienda "de un salto" y, delante de varios monitores, se abalanzó sobre el sacerdote. "Empecé a insultarlo, gritando, qué cómo podía hacer algo así", recuerda.
Cuando el joven se calmó se lo llevaron a un bar del pueblo, al que acudió el sacerdote responsable del campamento. "Me dijo que lo sentía mucho y que si necesitaba ayuda, que la pidiera".
M.A. explica que cuando le pidieron explicaciones a Mendizabal, el religioso dijo que la víctima había tenido una pesadilla y que se había despertado gritando.
Una vez finalizado el campamento, los monitores se reunieron con los padres de la víctima en su domicilio, donde les informaron de que Mendizabal seguía negándolo todo. El denunciante explica que sus padres, "viendo que había sido algo puntual, decidieron que lo mejor sería no airear el asunto".
"No hubo violencia física, no me ató, no me forzó. Pero hizo lo que hizo porque yo era menor de edad, un niño, aprovechando que estaba solo, aprovechando la confianza que tenía con él" reflexiona M.A.
Tras ver la película Spotlight y encontrarse hace unos meses con Mendizabal en un funeral, revivió todo y sintió la necesidad de saldar una deuda consigo mismo.