Sociedad -
Entrevista
'En Idomeni hay colas de 200 metros para recibir comida'
eitb.eus habla con Álvaro Saiz, un voluntario de Galdakao que se encuentra en el campo de refugiados repartiendo cuatro toneladas de alimentos recogidos en Bizkaia.
Eider Garaikoetxea | EiTB.EUS
Euskaraz irakurri: 'Idomenin 200 metroko ilarak daude janaria jasotzeko'
Hablar con Álvaro Saiz, fundador de la Asociación Humanitaria de Voluntarios de Galdakao (GBGE) y uno de los voluntarios vascos desplazados al campo de Idomeni (Grecia) para repartir 4.000 kilos de alimentos recogidos en Bizkaia, emociona. No solo porque puedes intuir la "terrible" situación de que viven los miles de refugiados hacinados en la frontera con Macedonia, sino también porque se vislumbra la necesaria y altruista actitud de aquellos que no dudan en arrimar el hombro por "esa gente que necesita ayuda".
Saiz llegó a Idomeni el pasado martes, 5 de abril, a bordo de un camión cargado de alimentos y en compañía de otros cuatro voluntarios. Curtido en decenas de proyectos solidarios y con la mochila de los "cuatro años pasados en Mongolia", este vizcaíno intenta de sobreponerse a lo que ve y oye ("el ruido es constante, puede volverte loco", nos admite) y trasmitir una sonrisa a los más pequeños, "que son los que menos culpa tienen de todo esto, si es que alguien aquí tiene culpa de algo".
Los 4.000 kilos de comida los están repartiendo a través de un comedor habilitado por Médicos Sin Fronteras (MSF) y otro autobús convertido en cocina de una asociación alemana. "Esto está bastante bien organizado", cuenta.
“Las colas para conseguir comidas son de 200 metros. Puede haber 500 personas esperando”, asegura Saiz. Aunque no solo hace falta alimento, se necesitan fármacos, ropa… "Si alguien viniese con un contenedor de sillitas para bebés, se lo quitaría de las manos", reconoce. "Constantemente llega gente nueva, con nuevas necesidades".
Ante tanta necesidad, Álvaro Saiz no tiene prisa: "Nos quedaremos el tiempo que haga falta. Recomiendan a los voluntarios no permanecer aquí más de 15 días seguidos, porque esto te agota. Llevamos tres días aquí, y ya no sé ni qué día es", confiesa.
Todo por animar a los niños
Los voluntarios se afanan por animar y intentar sacar una sonrisa a los miles de niños asentados en la zona. "Hacemos dibujos, organizamos teatrillos, jugamos con ellos. Cuando consigues un traductor y vas conociendo las experiencias personales, te puedes hundir. Hay niños que están solos, han matado a toda su familia", cuenta el voluntario de Galdakao.
"Aquí hay mucha gente con problemas mentales, con crisis de ansiedad… es muy triste", asegura.
Saiz destaca, no obstante, la actitud de los más pequeños: "Yo esto lo no he visto jamás. No te conocen y se lanzan a darte un abrazo". De hecho, durante nuestra breve conversación un niño no ha dudado a arrojarse a las piernas del extranjero.
"El trato de la gente es exquisito. Aquí nadie trata de aprovecharse. Es más seguro que estar en Bilbao… si te dejas la cartera estoy seguro que no te la roban", afirma sobre la actitud general de refugiados y voluntarios. "Incluso la Policía griega nos ha ayudado", reconoce.
Entre los miles de refugiados que se encuentran en el campo de Idomeni los hay de "muchas nacionalidades: sirios, paquistaníes… algunos han escapado de conflictos y otros están aquí por motivos económicos", dice el voluntario vizcaíno, "pero todos necesitan ayuda", puntualiza.
La Asociación Humanitaria de Voluntarios de Galdakao todavía necesita dinero para poder seguir con la campaña solidaria. "Tenemos 2.200 euros y con este dinero no se mueve el contenedor lleno de ropa que hemos recogido". Todo aquel que quiera puede hacer su aportación en el número de cuenta ES35 2095 0326 1091 1325 8791 habilitado a tal fin.