Sociedad -
Informe sobre Juventud
Los jóvenes vascos quieren emanciparse, pero no lo hacen hasta los 30
Los responsables del informe 'Expectativas Juveniles" afirman que el retraso en la edad de irse de casa tiene consecuencias en el estado de bienestar.
Redacción
La juventud vasca aumenta su confianza en el futuro, salvo en lo relativo a la emancipación, ya que la gran mayoría quiere irse de casa pero no puede, de manera que la edad media para vivir por su cuenta son los 30 años.
Ésta es una de las conclusiones del segundo informe sobre "Expectativas Juveniles", elaborado por el Observatorio Vasco de la Juventud, que ha sido presentado hoy en una conferencia de prensa por el director de Juventud del ejecutivo autónomo, Jon Redondo.
Este estudio se ha llevado a cabo a través de 1.512 encuestas telefónicas a jóvenes de entre 15 y 29 años. Los encuestados están satisfechos de su situación -valoran con 62 puntos sobre 100 el momento presente-, y dan más importancia a la salud y la familia que al trabajo y el dinero.
Problema para la sociedad
El mayor desajuste con esa satisfacción general surge en lo relativo a la emancipación. Ha subido al 82 % la cifra de jóvenes vascos -los encuestados, de 15 a 29 años- que se quieren ir de casa, y hay un 75 % que cree poco probable que en el plazo de un año se puedan independizar. En Dinamarca, los jóvenes menores de 29 años que viven con sus padres representan el 16 %; en Euskadi, el 77 %.
De media, en Suecia y Dinamarca, los jóvenes se van de casa a los 20-21 años, en Euskadi, a los 30. Son diez años de diferencia que son bastante más que una cifra: "Si se emancipan a los 30, la familia y los hijos se eternizan, y si no tienen hijos y sin salarios dignos, es difícil mantener el estado de bienestar, porque alguien lo tendrá que pagar. Es un problema de la sociedad, no solo de la juventud", ha comentado Jon Redondo.
Hay tres factores que inciden en la emancipación de los jóvenes: la educación, el empleo y la vivienda. En el primero, Euskadi está bien, con una baja tasa de abandono escolar y una alta cifra de estudiantes de educación superior.
El problema más grave está en el segundo, con una tasa de paro juvenil del 28 %. "¿Si no tienen trabajo, como se van a emancipar?", ha comentado Redondo.
El tercer factor también influye: Se recomienda dedicar un máximo de un 40 % del sueldo a pagar la vivienda. Con esas cifras y los niveles salariales mileuristas que hay actualmente, los jóvenes podrían pagar como mucho 400 euros para el alquiler o comprar una casa de 90.000 euros. Ambas cifras suponen la mitad de lo que cuesta la vivienda ahora en el mercado, así que la única solución es compartir piso.
"Estamos en el túnel, no nos engañemos, porque el paro juvenil está en una tasa muy elevada, pero vemos algunas luces como la mejora de las expectativas de encontrar empleo", ha concluido el director de Juventud.
Más esperanzados en cuanto al trabajo
Con la recuperación económica, sus expectativas han mejorado: un 74 %, diez puntos más que hace un año, cree que el futuro será mejor; suben al 60 % las perspectivas de encontrar empleo, y al 56 % las de encontrar un trabajo acorde con su formación.
Además, un 14 % estima que en el futuro tendrá que emigrar a trabajar en el extranjero en contra de su deseo. La cifra ha bajado, pero más por el hecho de que los jóvenes asumen cada vez más el que tendrán que ir al extranjero para trabajar y ya no se oponen a ello.
El director de Juventud, Jon Redondo, ha comentado sobre este hecho que "no es un fracaso que salgan al extranjero, puesto que a la vuelta, transfieren sus conocimientos a Euskadi. El fracaso es si no vuelven, porque ahí la inversión se pierde".