Sociedad -
Cónclave 2013
Juan, Gregorio y Benedicto, los más escogidos para gobernar la Iglesia
Desde el siglo X, cada Papa ha podido escoger libremente un nombre para gobernar la Iglesia católica.
Redacción
Tras el Habemus Papam, el cardenal protodiácono Jean Louis Tauran dará a conocer el nombre del papa 266 de la Iglesia católica con la fórmula qui sibi nomen imposuit (Que se ha impuesto el nombre de...), tal y como lo hizo en su día el protodiácono de entonces, el cardenal chileno Jorge Medina Estévez, el 19 de abril de 2005, cuando dio a conocer la elección del papa Benedicto XVI.
Cada Papa puede escoger libremente un nombre para gobernar la Iglesia católica: el de uno de sus antecesores, el de un santo de su devoción o una versión latinizada de su propio nombre.
Cuando Joseph Ratzinger fue elegido por el cónclave en 2005, escogió el nombre de Benedicto XVI en un acto de doble homenaje.
En primer lugar, eligió a su antecesor el papa Benedicto XV, que guió la Iglesia en un período difícil a causa de la I Guerra Mundial. Fue considerado como un profeta de la paz, e hizo lo posible para evitar la guerra, sin conseguirlo.
Por otro lado, el nombre Benedicto evoca la figura del "Patriarca del monaquismo occidental", San Benedetto da Norcia, patrón de Europa junto con los santos Cirilo y Metodio.
Hay que tener en cuenta que este santo es muy venerado en Alemania, y en concreto en Baviera, su tierra de origen.
Juan Pablo II (Karol Wojtyla), eligió el nombre de su antecesor, Juan Pablo I, elegido en 1978 y primer Papa de la historia que optó por un nombre doble, el de sus predecesores Juan XXIII y Pablo VI.
En el caso de Juan XXIII (Giuseppe Roncali), que fue Papa de 1959 a 1963, se inclinó por los motivos personales y familiares y optó por el nombre de su padre para gobernar la Iglesia, al que añadió el número ordinal (XXIII), continuación del que le correspondió al Papa francés Juan XXII (1316-1334).
¿De dónde viene esa tradición?
Tradicionalmente, los papas mantenían su nombre de bautismo, pero en el año 996, Bruno de Carintia (996-999) renunció a su nombre al ser elegido papa y utilizó el de Gregorio V. Desde entonces, todos los papas han cambiado de nombre al inicio de su pontificado.
De forma excepcional, antes del siglo X algunos pontífices modificaron el nombre del bautismo por diversas razones. Es el caso de Mercurio, que accedió a la sede Apostólica como Juan II (533-535), ya que no deseaba llevar el nombre de un dios pagano.
A lo largo de la historia, los papas han adoptado 81 nombres. Los más escogidos para gobernar la Iglesia católica son: Juan, el más popular, que ha sido elegido 23 veces; Gregorio (16); Benedicto (16); Clemente (14); e Inocencio (13). Desde San Pedro, ningún pontífice se atrevió a elegir ese nombre por respeto al apóstol.