Política -
Espionaje político
Marlaska y Robles declararán como testigos en el caso de espionaje Pegasus
Además, el juez instructor ha pedido al Gobierno de España que desclasifique todos los documentos que pudieran verse afectados por los testimonios de los ministros, cuyos móviles fueron infectados en varias ocasiones.
Agencias | EITB Media
Euskaraz irakurri: Marlaskak eta Roblesek lekuko gisa deklaratuko dute Pegasus espioitza auzian
La Audiencia Nacional ha citado a declarar como testigos al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y a la ministra de Defensa, Margarita Robles, en el caso de espionaje político Pegasus.
Además, el juez instructor José Luis Calama, ha dirigido un suplicatorio al Gobierno de España para que desclasifique todos los documentos que pudieran verse afectados por los testimonios de los ministros en el caso Pegasus.
Según explica en un comunicado, la Audiencia Nacional acuerda estas diligencias a la vista del contenido de las declaraciones testificales de la exdirectora del CNI, Paz Esteban, del funcionario de este organismo número 7613, y del ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños.
Calama empezó a investigar el 26 de abril, apuntando a posibles delitos de descubrimiento y revelación de secretos, tras la denuncia presentada por la Abogacía del Estado por la infección de los móviles del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Defensa, una denuncia que fue ampliada posteriormente tras confirmarse también la intrusión en el teléfono de Grande-Marlaska.
Según explicó en la primera resolución, tras el análisis de sus teléfonos móviles, "se ha tenido conocimiento de que los mismos fueron objeto de varias infecciones por la herramienta Pegasus, 'software' espía de dispositivos móviles, entre los meses de mayo y junio de 2021".
La primera intrusión en el móvil de Sánchez coincidió con la entrada masiva de migrantes en España desde Marruecos por Ceuta, y la segunda, con un comunicado de Marruecos en el que explicaba que la crisis diplomática con España estaba motivada por la postura del Gobierno español respecto a su antigua colonia del Sáhara Occidental, previa a su cambio de estrategia en la materia.