Política -
MEMORIA HISTÓRICA
2194 heridas sin cicatrizar
Según el Instituto Gogora, 2194 personas fueron ejecutadas en Álava, Bizkaia y Gipuzkoa por los franquistas durante la Guerra Civil y la posguerra, 60 mujeres y 2134 hombres.
IDOIA ALBERDI ETXANIZ | EITB MEDIA
Euskaraz irakurri: Itxi gabeko 2.194 zauri
Doroteo Calzada, Jesús Carrera y José Ariztimuño Aitzol. Tres nombres y tres historias que figuran en la lista elaborada por el Instituto Gogora de los fusilados por los franquistas durante la Guerra Civil y en la postguerra (1936-1945); los dos primeros fueron ejecutados tras una sentencia del Consejo de Guerra mientras que el tercero fue asesinado sin sentencia de por medio. Junto a otras 2191 víctimas de la dictadura, hoy serán homenajeados.
El acto, convocado por el Gobierno Vasco y el Instituto de la Memoria, la Convivencia y Derechos Humanos Gogora, tendrá lugar en el cementerio de Derio a partir de las 11:00 horas. Se prevé que asistan cerca de 300 familiares de las personas fusiladas.
Entrevistados en Euskadi Irratia, familiares de tres víctimas recuerdan con dolor el sufrimiento de sus predecesores y piden que no se olvide lo ocurrido. Exigen justicia y reconocimiento.
Doroteo Calzada, fusilado en 1937
Natural de Busturia, Doroteo Calzada fue fusilado por el bando franquista en agosto de 1937 por decisión del Consejo de Guerra. Era agricultor y tenía tres hijos. Fue enterrado en Derio.
Su sobrino, Doroteo Zobaran, ha explicado que homenajes como el de hoy sirven para aliviar el dolor de los familiares y "para que lo sucedido no quede en el olvido". Explica que a su tío le acusaron de "ser abertzale y hacer propaganda", y recuerda que los primeros años fueron especialmente duros ya que "le teníamos que recordar en silencio". Por ello, añade, "nos alegran lo homenajes públicos para poder recordar lo que pasó".
Jesús Carrera, fusilado en 1945
El nombre del hondarribitarra Jesús Carrera también figura en la cruda lista de Gogora. Era secretario general del Partido Comunista y fue asesinado también por una resolución del Consejo de Guerra, en la localidad madrileña de Alcalá de Henares en 1945, donde fue enterrado. En 2018 fue exhumado y sus restos fueron trasladados a Euskal Herria.
Debido a motivos personales, los familiares de Carrera no asistirán al homenaje de Derio, pero si han compartido sus sentimientos en los micrófonos de Euskadi Irratia. Su sobrina María Carrera Susperregi reconoce que durante muchos años el fusilamiento de su tío fue un tema casi tabú en la familia. "Apenas hemos hablado de ello, hasta que un historiador nos trasladó la historia. Sabíamos que mi tío era comunista, pero gracias al historiador supimos que fue el secretario general del Partido Comunista. Fue entonces cuando comenzamos a conocer lo ocurrido en toda su crudeza: fue detenido en 1943 y torturado durante seis meses. Como consecuencia, no podía sostenerse en pie y lo fusilaron sentado, en Alcalá de Henares", relata.
Sin restar importancia al valor de actos de homenaje con el de hoy, María Carrera recuerda que todavía queda mucho trabajo en el camino hacia la reparación. "Nuestro tío, por ejemplo, figura como culpable porque así lo recogieron en el juicio. Para nosotros sería muy importante que se reconociera que Jesús Carrera no actúo mal en ningún momento y que no fue culpable de nada. Es una víctima", ha zanjado.
Jose Ariztimuño Aitzol, fusilado en 1936
El periodista y escritor Jose Ariztimuño Aitzol fue también detenido y fusilado, sin mediar una sentencia judicial, por las fuerzas franquistas en 1936 en su localidad natal, en Hernani. Desde entonces, su familia no ceja en el empeño de buscar los restos Aitzol. "Desde que lo ejecutaron, sus padres llevaron durante años flores al cementerio de Hernani, creyendo que su hijo estaba enterrado allí, pero unas excavaciones de Aranzadi revelaron que los restos de Aitzol no estaban en ese lugar", ha contado Aitzol Azpiroz, sobrino del conocido escritor.
"¿Por qué mataron a mi tío? Esa es la pregunta que nos hacemos. Era sacerdote, no era un soldado, no tenía armas, no era miembro de ningún batallón. Creemos que fue torturado y asesinado por su trabajo a favor de la cultura vasca y el euskera. Era un símbolo", ha explicado.
Azpiroz asegura que seguirán buscando hasta conocer toda la verdad y, sobre todo, en busca del reconocimiento y la justicia. En este sentido, ha denunciado "innumerables trabas" por parte de la justicia española y el Gobierno de España.
2194 fusilamientos
2194 personas, con sus nombres y apellidos, con sus rostros, sus vidas. Vidas que los sublevados franquistas arrancaron de cuajo. De esas casi 2200 personas, más de la mitad fueron ejecutadas sin mediar una sentencia judicial, según se recoge en datos recopilados por el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos, Gogora.
Las ejecuciones extrajudiciales se dieron principalmente durante los primeros meses de la sublevación franquista, en el segundo semestre de 1936, y en los territorios donde el golpe de estado triunfó o en aquellos que cayeron en manos franquistas poco después. Así, más del 60 % de los fusilamientos tuvieron lugar en Álava y Gipuzkoa, mientras que un 30 % se produjeron fuera de Euskadi. Solo en territorio guipuzcoano asesinaron a casi la mitad de los 1191 fusilados extrajudicialmente.
No obstante, y según advierte el Instituto Gogora, existe "un número indeterminado de personas ejecutadas extrajudicialmete que no constan en los registros civiles o en los libros parroquiales o que lo hacen bajo unos conceptos que enmascaran la verdadera causa de su muerte".
Los tribunales militares comenzaron a conformarse a principios de 1937, y fue a partir de entonces cuando empezaron los procesos sumarísimos. Bizkaia lideró este tipo de ejecuciones, ya que 1 de cada 2 personas asesinadas tras un consejo de guerra (536 del poco más del millar total) se dieron en este territorio. En Gipuzkoa no llegaron al centenar, y en Álava, rozaron la treintena. Además, 346 vascos o vascas fueron ejecutados/as fuera de la Comunidad Autónoma Vasca. Además de fusilamientos, también hubo ejecuciones con garrote vil.