Lurdes Zabalza y Fermín Rodríguez creen que el perdón de UPN tiene que ir acompañado de hechos

Lurdes Zabalza y Fermín Rodríguez valoran el perdón del parlamentario de UPN iñaki Iriarte por no haber respaldado a las víctimas de la violencia policial durante más de 40 años, pero dudan de su sinceridad. De todas formas, ambas víctimas consideran que ese perdón tiene que venir acompañado de hechos. 

Iñaki Iriarte aseguró ayer que en casos como los de Mikel Zabalza, Germán Rodríguez o Mikel Arregi no supieron manifestar su cariño a los familiares, ni respaldar como es debido su derecho a la Justicia. "Y no nos cuesta pedir perdón a esas familias si nos equivocamos", dijo el representante de UPN en el Parlamento navarro.

En una entrevista concedida al programa "Boulevard" de Radio Euskadi, la hermana de Mikel Zabalza y el hermano de Germán Rodríguez han mostrado sus dudas sobre la sinceridad de ese perdón. Lurdes Zabalza ha destacado que en primer lugar tiene que saber que ese perdón es cierto, aludiendo al final de la frase de Iriarte en la que dijo "si nos equivocamos". Por ello, cree que deben hacer mucha reflexión "porque no saben si se han equivocado o no". A Fermín Rodríguez le ha parecido "bien" que haya utilizado ese término, después de tantos años sin recibir ningún apoyo por parte de esa formación, pero también se ha mostrado escéptico.

En todo caso, Lurdes Zabalza y Fermín Rodríguez coinciden en decir que el perdón debe traducirse en hechos para verificar que es sincero.

Rodríguez ha insistido en pedir justicia, al asegurar que ya conocen la verdad de lo que ocurrió con sus respectivos familiares. "Lo que queremos es justicia y que quede claro quienes fueron los responsables, que quede claro que no fueron hechos aislados, que fue una política planificada del Estado. Ahí es donde hay que incidir y donde hay que hacer autocrítica", ha subrayado.

La Policía mató a Germán Rodriguez durante los sanfermines de 1978 tras irrumpir a tiros en la plaza de toros de Pamplona; Mikel Arregi era concejal en Lakuntza cuando fue ametrallado por la Guardia Civil en 1979; y Mikel Zabalza murió torturado en el cuartel de Intxaurrondo en 1985. Su cuerpo apareció en aguas del Bidasoa.