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Víctimas
Las víctimas del terrorismo promueven una "cultura de paz" basada en el diálogo
El Consejo Vasco de Participación de las Víctimas del Terrorismo han entregado al lehendakari sus propuestas en materia de reconocimiento y reparación.
GAIZKA PALACIOS | EITB MEDIA
Euskaraz irakurri: Elkarrizketa oinarri, bakearen kultura bultzatu nahi dute terrorismoaren biktimek
El Consejo Vasco de Participación de las Víctimas del Terrorismo ha elaborado un documento en el que propone una serie de medidas para seguir dando pasos en el reconocimiento y la reparación de las víctimas del terrorismo, "así como para mejorar y hacer más eficiente la contribución de estas víctimas tanto en el plano educativo como en los procesos de reflexión crítica sobre el pasado y, en general, en el diálogo entre diferentes”.
El informe ha sido aprobado en una reunión extraordinaria que este foro ha celebrado esta mañana en Lehendakaritza y que ha estado encabezada por su presidente José Luis Cuesta, catedrático de Derecho Penal de la UPV/EHU. El encuentro ha contado con la participación del lehendakari, Iñigo Urkullu, que posteriormente ha realizado una declaración institucional.
El documento, que es fruto de un trabajo realizado durante tres años (2017-2020), incluye un prologo en el que aclara que sobre todo hacen referencia a la violencia de ETA y a sus consecuencias, pero que también hablan del terrorismo ejercido por los GAL, BVE, GAE y organizaciones similares.
"El reconocimiento de la existencia de diferentes organizaciones terroristas debe ir en todo caso acompañado del rechazo de plano de cualquier confusión de victimizaciones o pretensión de utilizar la existencia de una violencia como argumento de contrapeso o legitimación de otra de signo diferente. Esto nunca debió ocurrir, nunca más debe repetirse", señalan en el informe al que ha tenido acceso EITB Media.
En materia de reconocimiento y reparación de las víctimas, el Consejo Vasco de Participación de las Víctimas del Terrorismo parte de que ha habido "importantes déficits", pero que a pesar de ello "es mucho lo realizado" y que hay que seguir avanzando, "porque la tarea no ha finalizado".
En ese sentido, consideran que los grupos parlamentarios del Parlamento Vasco deberían analizar la posibilidad y la conveniencia de modificar la Ley Vasca de Víctimas del Terrorismo "para su mejor adecuación a la nueva realidad y a las nuevas formas del terrorismo internacional".
Además, a nivel local, plantean que se promuevan iniciativas en recuerdo de las víctimas en todos los municipios y, concretamente, proponen señalizar los lugares en que se produjeron los atentados, "siempre y cuando las víctimas afectadas estén de acuerdo y haya un suficiente consenso municipal".
Asimismo, pide reforzar el apoyo a las víctimas "que han tenido un déficit de reconocimiento o reparación por el tiempo en que sufrieron el atentado (en particular, décadas de los 70 y 80) o porque su caso no ha sido completamente esclarecido y su resolución judicial es improbable dado el tiempo transcurrido".
También recuerda que es imprescindible garantizar el derecho a la verdad y que esto conlleva "conocer y acceder" a toda la información sobre las circunstancias del atentado.
Testimonios
Por otro lado, el Consejo valora de manera positiva la experiencia de los testimonios de las víctimas en los centros educativos y considera esta iniciativa debería extenderse al ámbito universitario, de la formación profesional y a otros ámbitos de la educación no formal.
De cara a la deslegitimación de la violencia política y la prevención de "los radicalismos que alientan esa violencia" cree que habría que analizar la posibilidad de contar con testimonios "de personas que ejercieron la violencia y con posterioridad han realizado una profunda reflexión autocrítica de su propio pasado y del recurso a la violencia con fines políticos".
El documento también advierte de que es "urgente y necesario" prestar mayor atención a la violencia "de corte religioso" y plantea la elaboración de un proyecto educativo de carácter preventivo.
En cuanto a los procesos de reflexión sobre el pasado, este foro exige de los victimarios "un distanciamiento crítico respecto del delito cometido y respecto de la propia actividad terrorista, así como el reconocimiento del daño injusto causado a las víctimas, su imposible justificación, el rechazo de los fines sustentados en el uso de la violencia y una voluntad explícita de contribuir al aseguramiento del derecho a la verdad de las víctimas".
Además, aboga por facilitar espacios donde aquellos presos "que hayan hecho este recorrido y busquen encontrarse con las víctimas puedan hacerlo, siempre desde el máximo respeto a la autonomía y libertad de las víctimas para tomar parte o no en esos encuentros".
Igualmente, considera necesario que las instituciones públicas sigan desarrollando programas "que acerquen a las víctimas a la sociedad en primera persona".
Procesos de diálogo entre diferentes vícitimas
El Consejo Vasco de Participación de las Víctimas del Terrorismo comparte también que "continúa siendo una necesidad en la sociedad vasca promover una cultura de paz, basada en un cuerpo sólido de valores y en la promoción del diálogo como herramienta de resolución de conflictos".
Sin embargo, subraya que "para ello resulta imprescindible la deslegitimación completa del uso de la violencia terrorista: el final de ETA no puede suponer pasar página sin crítica explícita sobre lo sucedido".
Asimismo, y partiendo de la base de que "toda acción violenta que provocó víctimas fue una injusticia", abogan por iniciar un diálogo en múltiples direcciones: entre victimas del mismo terrorismo, cuyas situaciones y formas de pensamiento son dispares; entre víctimas de ETA y víctimas de otras organizaciones (GAL, BVE, GAE…); y entre las víctimas y los representantes de la sociedad (agentes sociales, partidos políticos e instituciones), "teniendo particularmente presentes a las generaciones futuras, a las que hay que inculcar el valor de la paz".
Por último, el documento incluye una reflexión en la que destaca que la construcción de la convivencia exige "no dar la espalda al pasado y esforzarse en esclarecer lo sucedido; conocer la realidad de las víctimas; preservar la memoria y el recuerdo de todos los que han sufrido la violencia terrorista; y ofrecer un reconocimiento social a las víctimas del terrorismo".
En ese sentido, cree que es "urgente" lograr la erradicación "tanto de la justificación de todo tipo de terrorismo como de los homenajes públicos a terroristas y la exaltación de sus símbolos", ya que suponen una "revictimización".
También considera fundamental que "quienes en uno u otro momento han apoyado el terrorismo" hagan un análisis del pasado en el que la deslegitimación de la violencia sea "clara y sin ambigüedades ni equívocos".