Política -
Última sesión
Visto para sentencia el juicio al 'procés'
Junqueras ha apelado, durante su turno de última palabra, a devolver el conflicto catalán a "la política". Jordi Sànchez se considera "víctima de una injusticia, de un dolor causado por el Estado".
Agencias | Redacción
Euskaraz irakurri: Kataluniako prozesu independentistaren aurkako auzia, epaiaren zain
El juicio por lo ocurrido en otoño de 2017 en el camino hacia la declaración unilateral de independencia de Cataluña ha quedado hoy visto para sentencia en el Tribunal Supremo cuatro meses después de su inicio.
"Muchísimas gracias a todos. Visto para sentencia. Abandonen la Sala, por favor", ha afirmado el presidente del tribunal, Manuel Marchena, pasadas las 19:00 horas.
Ha sido la 52ª y última sesión del juicio del procés, que comenzó el pasado 12 de febrero y cuya sentencia se espera para después del verano.
Durante los cuatro meses de juicio, el tribunal ha podido escuchar, además de a las partes y a los acusados, la versión de 422 testigos, además de conocer las pruebas periciales y documentales.
VÍDEO | Alegato final de los doce políticos independentistas procesados
Oriol Junqueras, exvicepresidente de la Generalitat de Cataluña, ha apelado, durante su turno de última palabra en el juicio del contra el proceso independentista, a devolver la cuestión del conflicto catalán a "la política, la buena política, al terreno de la negociación y el acuerdo".
En pocos minutos, Junqueras se ha dirigido al tribunal para asegurar que mantiene sus "convicciones políticas y religiosas" y que las comparte "con todos aquellos que creen que defender la república desde un parlamento no puede constituir delito", siempre "desde el respeto a las libertades fundamentales y los Derechos Humanos".
"Todas mis acciones demuestran mi respeto por la bondad y la dignidad humanas. Todos los que me conocen seguro que son perfectamente conscientes de ello, incluidas las acusaciones. Cualquier político comete errores, pero siempre he evitado esa mala política que niega el diálogo, la negociación y el acuerdo. Entiendo que les han pasado a ustedes la responsabilidad de dictar sentencia. Lo mejor para todos sería devolver la cuestión a la política, la buena política, devolver el asunto al terreno de la negociación y el acuerdo", ha afirmado.
Raül Romeva, exconseller de Exteriores. Foto: EFE
Raül Romeva, exconseller de Exteriores, ha seguido la línea de Junqueras y ha apostado por la política, convencido de que si los jueces son valientes puede abrirse una "oportunidad" para avanzar "desde la confianza, el respeto y el reconocimiento" a las opiniones del otro.
En su turno de última palabra, ha pedido ser conscientes de que en el banquillo no se sientan solo doce personas, sino que hay más de dos millones de personas que se sienten concernidas. Personas, ha advertido, que no van a cambiar de ideas por la "fuerza ni la represión" y que esperan una decisión "valiente".
"La solución que existe se llama política, y, más allá, democracia", ha subrayado el exconseller antes de garantizar que, pase lo que pase, seguirán "con la mano tendida a todo el mundo, con el verbo sereno incluso ante aquellos que nos insulten" para resolver desde sus convicciones republicanas problemas que afectan a todos.
"Y seguiremos mirando a los ojos de nuestros hijos e hijas con dignidad, con la misma con la que millones de personas en todo el mundo se baten por defender los derechos fundamentales", ha concluido.
Romeva ha considerado que a lo largo del juicio las acusaciones han buscado en todo momento "escarmentar, castigar una ideología" y ha cuestionado unos informes finales que dibujan una realidad "que nunca ha existido", describiendo un "odio irracional contra España" que es "falaz" e "irresponsable".
Joaquim Forn, exconseller de Interior. Foto: EFE
Joaquim Forn, exconseller de Interior, ha reivindicado el carácter "pacífico" del procés, con el que el Govern buscaba llegar a una "salida pactada", y ha criticado que el juicio del Tribunal Supremo supone un "castigo al desafío político" del referéndum del 1-O.
Forn, que se ha proclamado defensor del derecho a la autodeterminación, ha recalcado que ni él ni ningún miembro del Govern dio instrucciones a los Mossos para que "dejaran de cumplir sus obligaciones como policía judicial".
Jordi Sànchez, exlíder de la ANC. Foto: EFE
Jordi Sànchez, exlíder de la ANC, ha afirmado que se considera "víctima de una injusticia, de un dolor causado por el Estado" y ha mostrado su convencimiento de que "no hay ideas ni principios que deban ser silenciados por miedo a un poder que amenaza los derechos y libertades".
"El poder judicial no puede resolver un problema político, pero ustedes tienen una responsabilidad, que es no agravar la crisis política", ha dicho Sànchez, dirigiéndose a los magistrados que le juzgan en el Supremo.
El exlíder de la ANC ha comenzado su turno de última palabra parafraseando a Sócrates, quien dijo "hace 2.500 años" que "es mejor sufrir una injusticia que cometerla".
Visiblemente emocionado, ha defendido la "no violencia" que se practicó en Cataluña, la cual "no es pasividad, quedarse escondido ante el temor y la amenaza de un Estado represivo", sino "asumir las consecuencias como lo hizo Sócrates, a pesar de que sean injustas y causen dolor".
Jordi Turull, exconseller de Presidencia. Foto. EFE
Jordi Turull, exconseller de Presidencia, ha criticado a las acusaciones "por tratar de escarmentar" y "descabezar el independentismo" desde "una absoluta falta de rigor" para solucionar lo que considera un "asunto político con soluciones penales".
Turull ha arrancado su última palabra subrayando que está sentado en el banquillo por sus ideas y porque no renunció jamás a su actividad política: "Soy independentista, lo soy y lo seré, no lo voy a esconder".
El acusado ha manifestado que las acusaciones han "confundido la discrepancia, la crítica y la protesta con el ataque y la falta de respeto", una lógica que ha atribuido a "mentalidades inseguras de sí mismas o autoritarias".
Pero además, ha dicho que "a los independentistas se nos quiere aplicar unas reglas del juego distintas a los mortales porque para las acusaciones todo les ha valido para que perpetre un escarmiento que descabece al independentismo a costa de lo que sea", aunque eso implique, ha subrayado, retroceder muchos años en libertades y derechos fundamentales.
VÍDEO | Expectación en Cataluña ante la última sesión del juicio
El presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, ha dicho al tribunal que no tiene "ningún tipo de arrepentimiento", por lo que acepta todos los actos y consecuencias que se deriven de su participación en lo ocurrido en Cataluña en otoño de 2017. "Lo volvería a hacer", ha destacado.
Cuixart, para quien la Fiscalía pide 17 años de prisión por rebelión y que se ha presentado nuevamente como "preso político" en un "juicio político", ha dicho que lo sucedido en Cataluña fue una "desobediencia en toda regla" que "no merece ningún reproche penal".
El acusado, en prisión desde el 16 de octubre de 2017, ha tomado la última palabra no para defenderse ni para intentar reducir la pena sino para reafirmarse en todos los ejercicios de derechos fundamentales que le han reprochado en este juicio, una labor en la que "la extrema derecha" ha tenido mucho que ver y decir.
Cuixart cree que "hay miedo a escuchar y a conocer mejor las razones de los unos y los otros" que impide dar respuesta a un conflicto político, transformado ahora en un "juicio a la democracia".
La expresidenta del Parlamento de Cataluña Carme Forcadell ha reprochado duramente a las acusaciones durante su turno de última palabra que se la haya separado del resto de los que fueron sus compañeros en la Mesa de la Cámara y que en vez de ser enjuiciados por rebelión responderán tan solo por un delito desobediencia ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC).
La expresidenta ha señalado que lleva sufriendo un total de 447 días de prisión "injusta" y que tras cuatro meses de juicio le resulta "totalmente incomprensible" que se mantengan acusaciones contra ella por las que se le piden 17 años de prisión.
"Las pruebas documentales y testificales demuestran que mis conductas han sido las mismas que las de mis compañeros de Mesa, no existe ninguna declaración ni hecho que difiera de las de mis compañeros", ha indicado, para añadir que su voto en las decisiones del citado órgano parlamentario "ha sido tan importante o tan poco importante" como la de sus entonces compañeros en el Parlament.
El exconseller Josep Rull ha advertido al tribunal que tiene en sus manos marcar los límites de derechos y libertades, con los ojos de Europa puestos en él, y le ha garantizado que tras ellos "siempre vendrán más": "No existen suficientes cárceles para encerrar el anhelo de libertad de un pueblo".
Los eurodiputados que estuvieron en Cataluña el 1-O y después los visitaron en la cárcel, ha explicado, han puesto de manifiesto la relevancia de este juicio; el tribunal tiene la "altísima responsabilidad" de decidir qué limites se ponen a los derechos y libertades, algo que puede tener consecuencias "absolutamente negativas" en una Europa asediada por la extrema derecha, ha avisado.
"La democracia se defiende con más democracia y los derechos con más derechos"; "Aquí hay un problema político y se puede resolver políticamente", ha afirmado en sintonía con otros acusados que han tomado la palabra antes que él.
Por último, el exconseller de Empresa Santi Vila ha asegurado que siempre procuró "ser fiel al espíritu y la letra" de la Constitución de 1978, "tanto en privado como en público", y ha expresado su "plena confianza" en el Tribunal Supremo, tras rechazar la "leyenda negra" de que España no es una democracia plena.
Vila ha recordado que no dimitió antes de la DUI porque pensara que sus compañeros en el Govern iban a cometer una ilegalidad sino porque se sintió "frustrado" al percatarse de que el expresidente catalán Carles Puigdemont "no podía o no quería" convocar elecciones "ajustadas a derecho".
VÍDEO | Los partidos soberanistas afirman que el juicio busca escarmentar al independentismo