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Política penitenciaria
Expresas que fueron madres en la cárcel piden la libertad de Majarenas
Estas mujeres advierten de que los momentos "más delicados y difíciles" de los niños que se crían en la cárcel son los posteriores a la separación de la madre.
Agencias | Redacción
Euskaraz irakurri: Kartzelan ama izan diren preso ohiek Majarenas askatzea eskatu dute
Expresas de ETA que han sido madres en prisión han pedido hoy la libertad de Sara Majarenas, madre de la pequeña Izar, que fue apuñalada por su padre en Benifaió (Valencia), porque es la "pieza clave en la recuperación física y psicológica de la niña".
Anabel Prieto, en euskera, y Maitane Sagastume, en castellano, han leído un escrito en una comparecencia ante los medios de comunicación que ha tenido lugar en la Casa de las Mujeres de San Sebastián en el que han pedido la excarcelación de Majarenas, presa en Picassent (Valencia), "por justicia, por principios éticos y por la salud" de la niña.
Han recordado que Izar "evoluciona bien", pero continúa en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital La Fe de Valencia, donde se recupera de las heridas con arma blanca en el tórax y la espalda que le produjo su padre el pasado 15 de enero durante una visita fuera de la cárcel autorizada por la madre.
Sagastume ha señalado que desconoce si el Ayuntamiento de San Sebastián ha pedido a Instituciones Penitenciarias el acercamiento de Majarenas a la cárcel de Martutene, como anunció el alcalde donostiarra, ya que Izar no puede seguir en la prisión junto a su madre una vez cumpla los tres años el próximo mes de marzo.
"Sería mejor que estuviera en Martutene que en Picassent pero pedimos la libertad de Majarenas", ha indicado Sagastume que ha recordado que a la reclusa le falta un año para completar la condena íntegra.
Sara Majarenas cumplió "las tres cuartas partes de su condena" hace "más de dos años" y ella y la niña "deberían haber estado en la calle desde que tenía cinco meses", ha agregado.
Ha incidido en que los momentos "más delicados y difíciles" de los niños que se crían en la cárcel son los posteriores a la separación de la madre porque durante su estancia en el penal "la relación" materno filial es "especialmente estrecha" porque "la convivencia es de 24 horas al día" durante tres años.
Cuando se encuentran fuera "viven un largo y complejo proceso de adaptación" que se acentuará en el caso de Izar, que "tiene heridas" físicas y psicológicas "muy profundas" por lo que "es su madre quien mejor puede ayudar a sanarlas", ha concluido.