Política -
Reclusos vascos
El número de presos pasa de 700 a 430 desde el final armado de ETA
Decenas de reclusos fueron excarcelados a finales de 2014 por la sentencia del Tribunal de Estrasburgo que anuló la doctrina Parot que desde 2006 estaban aplicando los tribunales españoles.
E. L. | eitb.eus
El tiempo pasa y poco a poco muchos presos han salido de la cárcel tras el 20 de octubre de 2011, el final armado de ETA. La bajada de la población reclusa es progresiva desde entonces. Lejos quedan ya aquellos tiempos en los que el número de presos superaba los 700, ahora son unos 430, según ha informado Radio Euskadi.
El último informe mensual elaborado por la asociación de familiares de reclusos Etxerat, correspondiente al pasado mes de marzo, cifraba en 498 el número de reclusos vascos que estaban en cárceles de España, Francia, Gran Bretaña y Portugal.
En esa cifra, además, contabilizaba a siete condenados que estaban en prisión atenuada en sus domicilios por enfermedad grave, por lo que el número de reos en prisión sería de 491. Hay que precisar que Etxerat no incluye en sus cálculos a los reclusos disidentes que se sumaron a la 'vía Nanclares'.
En el informe correspondiente a marzo de 2013, la organización de familiares contabilizó la existencia de 598 presos, por lo que en los 12 meses transcurridos entre un informe y otro la población reclusa disminuyó en un centenar de personas.
El pasado mes de marzo, de los 498 reclusos contabilizados por Etxerat, 383 se encontraban en España (65 menos que en 2013), 105 en Francia (25 menos) y los tres restantes se repartían entre Inglaterra, Portugal e Irlanda del Norte.
Decenas de presos fueron excarcelados a finales de 2014 por la sentencia del Tribunal de Estrasburgo que anuló la doctrina Parot que desde 2006 estaban aplicando los tribunales españoles.
Buesa apuesta por la integración de los presos arrepentidos
En este sentido, la hija del vicelehendakari Fernando Buesa, asesinado por ETA, Sara Buesa, apostó el jueves por “integrar a quienes ejercen la autocrítica sobre la violencia y la injusticia”.
A su juicio, los victimarios que están haciendo autocrítica y han reconocido el daño causado han iniciado un proceso "valiente", por lo que se debe ser "generoso", con quienes "muestran arrepentimiento y propósito de cambio".
En opinión de Buesa, víctimas y victimarios deben ser incorporados a la sociedad para "conseguir avanzar hacia la normalidad", aunque antes se debe "metabolizar la tragedia", para lo que ha pedido "derribar la barrera social que separa a las víctimas", "romper con los prejuicios y aumentar la sensibilidad social" hacia ellas.
