Política -
Entrevista
'Felipe tiene que hacerse su propio legado'
José Apezarena, experto en la Casa Real y editor de 'El Confidencial Digital', considera que el reto del nuevo monarca será "construir su historia en un tiempo de normalidades, que es más costoso".´
Amaia Akordagoitia | eitb.com
José Apezarena, experto en la Casa Real, biógrafo del principe Felipe y editor de 'El Confidencial Digital', considera que la Casa Real debe 'aclimatarse a la nueva situación' para 'ahorrarse algunos disgustos'.
¿Cómo será recordado el rey Juan Carlos en la historia?
Será recordado como el rey que ha protagonizado el periodo más largo de paz y de desarrollo en la historia de España. El rey que ha tirado del carro en la llegada a la democracia de este país y que nos ha permitido colocar en ese tiempo a España en uno de los primeros lugares del mundo, como país avanzado, moderno, económicamente competitivo, etc.
¿Cuáles han sido las luces y sombras de su reinado?
Las luces se relacionan con que él cuando llega al trono recibe una corona con todos los poderes y que, por tanto, voluntariamente él apuesta por una monarquía parlamentaria, en la cual, como se dice tradicionalmente, "el rey reina pero no gobierna". Se despojó a sí mismo de un poder absoluto que le dio Franco y eso permitió, lógicamente, que fuera muy fácil dar salida a un régimen complicado, un régimen autoritario con una gran presencia del ejército, un recuerdo de la guardia civil, etc... Por tanto, la luz más grande es esa. Y que todo este tiempo ha sido capaz de estar al frente del Estado con diversas situaciones políticas. Las sombras, que el paso del tiempo está haciendo olvidar esos éxitos, que ha llegado una nueva sociedad, mucho más abierta y más joven que no se acuerda de muchas cosas. La Casa Real no ha sabido aclimatarse, adaptarse a la nueva situación, y que seguramente si hubiera hecho algunas de las cosas que está haciendo antes, a lo mejor se habría ahorrado algunos disgustos.
¿Qué papel tuvo el rey en el 23F?
Fue el que desistió el golpe. O sea, fue el que desde La Zarzuela, hablando por teléfono con todos los capellanes generales, les transmitió que el golpe se daría por encima de su cadáver, y lo dijo con esas palabras. Hay que recordar que en aquel momento algunos capitanes generales estaban a favor de dar un golpe de Estado. Cuando reciben la llamada del rey, que es en ese momento y todavía es el jefe del Ejercito español, diciéndoles "esto no lo patrocino yo y, por tanto, será contra mí, contra mi opinión y por encima de mi cadáver", los capellanes generales se quedaron quietos. Si no hubiera hecho eso el rey, habríamos tenido un golpe de Estado triunfador.
¿Quiénes han sido los apoyos incondicionales del rey?
El rey ha tenido un apoyo muy importante por parte de la reina en sus inicios, en el sentido de que durante muchos años ellos lo han pasado mal. Estaba solo y sin poder fiarse de nadie, porque Franco le vigilaba, le había puesto escuchas y espías entre el Palacio de la Zarzuela. Con poca gente podía confiarse. Hizo algunas amistades también en aquella época con jóvenes con voluntad demócrata, como con Miguel Primo de Rivera o Nicolás Franco Pascual de Pobil. También fue muy importante la alianza que firmó con Adolfo Suárez. Hay que recordar que había que desmontar el movimiento, el famoso movimiento, y le encargó esa tarea a alguien que era del movimiento y que se encargó de desmontarlo. Ahí también estuvo a su lado Torcuato Fernández Miranda, que fue el profesor que le explicó cómo desmontar técnicamente y jurídicamente el movimiento. Al rey le preocupaba mucho que él había jurado los principios del movimiento y que teóricamente eran inamovibles. El profesor le explicó que eran movibles, que se podían desmontar. También es muy importante la presencia de Sabino Fernández Campo, que estuvo en la Casa del Rey 12 o 15 años, él fue el que el día del golpe de Estado estuvo al lado del rey para pasarle las llamadas de teléfono, comunicarse con los capellanes generales, etc. El rey también ha tenido muy buena relación con los presidentes del Gobierno sucesivos. Por ejemplo, con Felipe González, que fue un político que entendió que el Partido Socialista debería centrarse políticamente y que no tenía que plantear asuntos tan delicados como la forma de Estado. O sea que los políticos que han estado cada momento al frente del país han jugado también la baza de don Juan Carlos.
¿Cuál es el legado que recoge el príncipe Felipe?
Bueno, Felipe tiene que hacerse su propio legado. Él recibe la herencia de un país democratizado, avanzado, moderno, en el que la monarquía todavía sigue siendo un elemento de estabilidad, pero no le va a bastar con eso, él va a tener que hacer su propia historia, su propia trayectoria. Y le van a juzgar no por lo que su padre le traslada, sino por lo que él haga, pero que duda cabe que al príncipe le interesa recibir una herencia lo más amplia posible.
¿El reto de Felipe VI sería, por tanto, crear su propia historia?
Eso es. Con un añadido, que es que como suele decirse la democracia es aburrida y eso es una buena noticia, que sea aburrida, porque no pasa nada grave. Él va a tener que construirlo en un tiempo de normalidades y eso es más costoso. Si Dios quiere no asistiremos a ningún Golpe de Estado, no tendrá que salir en televisión con el uniforme para decir que no está con los golpistas... Esa construcción es más lenta, es la construcción del día a día, de la normalidad, del aburrimiento de que todos los días son iguales. Entonces, él tendrá que, poco a poco, a base de presencia en los actos, a base de sus actuaciones y discursos, ir construyendo su propia historia. Hay un elemento sentimental a su lado que le puede apoyar, y es la familia. Es decir, tener cada día un poquito más de protagonismo mediático por parte de sus hijas. Eso, desde el punto de vista de imagen, de aprecio popular, le va a ayudar un poco. Eso va a hacer una continuidad de imágenes, vídeos que va a meter en el corazón de los españoles, si se hace bien, el aprecio por esa familia.
¿Qué diferenciará a Felipe VI de Juan Carlos I?
Muchísimo, muchísimo. Son muy distintos. Don Juan Carlos es un político de primera magnitud, de muchísimo olfato, muy intuitivo, muy espontáneo, que ha demostrado mucha sabiduría política en momentos delicados y que los ha gestionado muy bien. Muy cercano, muy hablador. Su hijo es un personaje tranquilo, reflexivo, analista, organizado, más repodado, menos ingenioso, pero es a la vez, por así decirlo, más trabajador, más sistemático y, por tanto, tiene que jugar la baza. Es un hombre que se hace querer, pero a la segunda. Así como el rey a la primera te conquista con su simpatía, sus bromas, su espontaneidad, el príncipe lo hace a la segunda, a la primera es un poco más tranquilo. Aquellos que trabajan con él dicen que es un hombre concienzudo, que tiene una formación imponente, que el se estudia los asuntos con gran detalle, que pide explicaciones, que no se conforma con cualquier cosa. Tiene un poco el perfil de una especie de ejecutivo de primera que hace un master en EE. UU. Eso es, es muy gestor.
¿Y a Letizia de Sofía?
Si tuviera que aconsejar a la princesa Letizia, le aconsejaría que tampoco se distinguiera demasiado de doña Sofía. En ese equipo de dos personas que son el rey y la reina el importante es el rey y eso lo ha hecho de primera doña Sofía. Solo en los últimos años se le ha visto un poco más, pero siempre estuvo en segundo plano. La princesa Letizia tiene que aprender esa lección también, para estar detrás sin mucho protagonismo. El problema es que la princesa Letizia tiene un carácter activo, ejecutivo, está acostumbrada a trabajar y le va a costar, lo esta haciendo ya, pero le tiene que costar más esfuerzo no tomar la palabra, no hacer declaraciones, no tapar al rey. Y digo que lo está haciendo, porque sí que se ha adaptado a su condición del menos importante de los dos e intenta no hablar, va un poco por detrás, que es lo previsto en el protocolo. Por cierto, que esto no es un problema ni de machismo ni de feminismo, si fuera reina ella él tendría que ir detrás. Entonces, insisto, no deberá distanciarse mucho de lo que ha sido la figura de la reina Sofía.
¿Qué hay de cierto en que los monárquicos en España son juancarlistas y no felipistas?
Bueno, monárquicos hay pocos en España, pero es porque yo tengo la queja y la denuncia de que en este país no se ha hecho pedagogía de la monarquía. Es decir, nadie se ha preocupado de explicar nada sobre la monarquía, es un hecho que está ahí, pero no hay una acción de imagen ni de exaltación de la monarquía. ¿Por qué van a ser monárquicos los españoles si nadie les ha explicado nada de la monarquía? Es muy difícil que lo sean. Lo que ven es que hay un rey, por tanto son de este rey, pero los conceptos de la monarquía nadie los ha explicado, y creo que ese es un error que hemos cometido y que no sé quién puede corregir. Yo no descarto que en su día sean felipistas. Porque hemos visto muchas veces ya en la historia de este país a líderes que aparentemente no dan para tanto, que no son grandes personajes, pero que cuando llegan al poder coger una aureola que parece que llevan toda la vida allí.
¿Llegará Leonor a ser reina?
Sí, creo que sí. Es una opinión. ¿Por qué no llegaría a serlo? ¿Porque la monarquía desaparecería de España? Los reyes saben, lo han dicho muchas veces, que la monarquía seguirá existiendo en España mientras sea útil, mientras sirva al país. Y también yo creo que seguirá siendo una institución permanente mientras el futuro rey no haga ninguna tontería y mientras los dos grandes partidos de este país no se planteen ningún problema. Porque, al final, en España gobiernan los españoles, pero se sirven de partidos políticos y, al final, esos son los que mandan. Si ninguno de los dos lo plantea, no habrá cambio. De hecho, en el mundo ya existen monarquías establecidas con normalidad que presiden países avanzadísimos, de los más punteros del mundo, como Inglaterra, Bélgica, Holanda, Suecia, Dinamarca, Japón, etc.