Se niegan a declarar como rechazo a la operación contra Herrira

Daniel Pastor, miembro del comando Otazua de ETA, ha pedido ser expulsado de la sala de la Audiencia Nacional en el que se le juzga como rechazo a la operción policial contra Herrira. Iñigo Zapirain y Beatriz Etxebarria, los otros dos acusados, también se han negado a declarar.

El jucio contra el comando Otazua se está celebrando por el asesinato el 22 de septiembre de 2008 en Santoña del brigada del Ejército Luis Conde con un coche bomba. Los acusados se enfrentan a penas de que suman 486 años de cárcel.

Pastor se ha negado a declarar y a responder a las preguntas como rechazo a la operación policial contra Herrira. Pastor ha calificado las 18 detenciones como "un acto de represión contra los ciudadanos vascos". Pastor ha pedido de forma voluntaria ser expulsado de la sala.

Iñigo Zapirain también se ha opuesto a declarar y tan sólo ha dicho que no reconocía la legitimad del tribunal y, por tanto, no iba a formar parte de él ni a contestar ninguna pregunta. La negativa a declarar de Zapirain ha sido repetida por Beatriz Etxebarria quien ha añadido: "Solo quiero que quede constancia de las declaraciones de mis compañeros...", tras lo cual ha sido interrumpida por la magistrada Manuela Fernández de Prado.

Los hechos

La fiscal se ha interesado por las declaraciones de los acusados ante la Guardia Civil y en sede judicial. Según han informado, Zapirain reconoció que el comando Otazua había recibido instrucciones de ETA para buscar objetivos en Cantabria, algo que aceptaron y que luego ejecutaron con un coche bomba en el Patronato militar de Santoña. Cuando la fiscal ha recordado la declaración de Etxebarria, ésta ha dicho en voz más baja "bajo torturas", en referencia al interrogatorio que le hicieron en su día los agentes.

Después de los acusados, han declarado en calidad de testigos varios militares que presenciaron la explosión del coche bomba, los guardias civiles encargados de la investigación, así como Lourdes Rodao, la viuda del militar.

Según el relato de los hechos que expone el Ministerio Fiscal en su escrito de acusación, el coche bomba fue recogido por los tres acusados en un polígono de Vitoria dos días antes del atentado, adonde lo habían llevado desde Francia. Zapirain fue el encargado de conducir otro coche de tipo "lanzadera" que se encargaba de abrir camino al vehículo que contenía la bomba de 100 kilos de explosivo, el cual llevaron Etxeberria y Pastor. En Santoña, estacionaron el coche a 50 metros de la puerta del Patronato Militar, donde explosionó a la una de la madrugada, provocando la muerte por la onda expansiva del brigada del Ejército. Además de diversos heridos, el artefacto causó daños materiales en el edificio y los inmuebles colindantes.