Política -
Diada 2013
Y después de la Diada, ¿qué?
La sociedad catalana ha emplazado a Artur Mas a convocar la consulta en 2014. La 'patata caliente' está ahora en manos de las instituciones.
David Pérez | eitb.com
El independentismo catalán ha vuelto a exhibir su fuerza con una multitudinaria Diada, cuya guinda ha sido una cadena humana que ha unido Cataluña de norte a sur, unos 400 kilómetros, y en la que han participado 1.600.000 personas, según el recuento de la Generalitat.
La 'Vía Catalana', como se denomina la cadena humana, ha apremiado al president de la Generalitat, Artur Mas, a convocar la consulta soberanista pactada con ERC para 2014. "Pero ahora, no en 2016", ha advertido Carme Forcadell, presidenta de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), plataforma organizadora de la cadena humana, durante su intervención ayer en la plaza de Catalunya de Barcelona.
Y es que, esta vez, la llama independentista ha sido prendida por la propia sociedad civil catalana, sin padrinos políticos. La 'patata caliente' está pues en manos de las instituciones, no solo de las españolas, sino también de las catalanas.
Pese al acuerdo con ERC para llevar a cabo una consulta en el año 2014, Mas ha aseverado en los últimos días que esta no será convocada sin permiso del Estado, y que, en ese escenario, convocaría elecciones plebiscitarias en 2016, cuando finaliza la legislatura. Aunque en la práctica este tipo de comicios equivaldrían a una consulta independentista, la iniciativa no ha sido bien recibida por ERC y parte de la sociedad catalana, al suponer un retraso de dos años en la materialización del derecho a decidir.
Las elecciones plebiscitarias serían unos comicios con un tema central, en las que los partidos políticos llevarían un único punto en el programa electoral, el 'sí' o el 'no a la independencia. Si los partidarios de la autodeterminación se impusiesen, el Parlament podría proclamar inmediatamente después una declaración unilateral de la independencia.
Mientras tanto, Mas y Mariano Rajoy negocian en secreto cómo evitar el choque institucional. "La negociación [con el Estado] es lo deseable, y mientras el Govern esté en la negociación va a tener el apoyo del movimiento independentista. Mientras esto suceda, iremos bien, pero en el momento en el que la negociación se rompa, si se rompe, ahí es donde puede haber un problema", según ha apuntado en el programa "Ganbara" de Radio Euskadi Mónica Sabata, presidenta de la Federación de Organizaciones Catalanas Internacionalmente Reconocidas.
Los retos a corto plazo de Artur Mas
A corto plazo, sin embargo, Artur Mas tiene dos retos con un nexo común: sus relaciones con ERC.
Por un lado, CiU deberá convencer a ERC para que le apoye en unos presupuestos de la Generalitat marcados por nuevos recortes, mientras que a la vez seguirá negociando con el líder republicano, Oriol Junqueras, una fecha para la consulta en 2014 y el contenido de la pregunta.
Este último asunto no es baladí, ya que incluso dentro de la propia CiU existen diferentes sensibilidades. Mas es partidario de no consultar directamente sobre la independencia, aunque con una pregunta que solo admite un 'si' o un 'no' como respuesta: "¿Desea usted que Cataluña se convierta en un nuevo Estado de la Unión Europea?".
Uniò, el otro partido que junto a la CDC de Mas conforma la coalición CiU, sin embargo, es partidaria de preguntar qué tipo de vínculo debería tener Cataluña con España. Se trata de una pregunta que, a diferencia de otras más cerradas, necesitaría un abanico de respuestas más amplio: independencia, autonomía, Estado federado...
Vías hacia la independencia: Las opciones de Mas
En este contexto, el president Artur Mas tiene sobre la mesa un informe de 200 páginas sobre cómo materializar el derecho a decidir, elaborado por el Consejo Asesor para la Transición Nacional (CATN), un órgano del Govern creado en febrero para asesorar en el proceso independentista.
Este órgano consultivo propone en su estudio cinco vías legales para avanzar hacia la independencia. La primera sería convocar una consulta avalada por el Gobierno central y las Cortes Generales, en base al artículo 92 de la Constitución, que implicaría que fuera el Estado, y no la Generalitat, quien convocara el referéndum.
La segunda alternativa pasaría por transferir la competencia al Govern catalán, según el artículo 150.2 de la Carta Magna. Sería una vía similar a la emprendida en el Reino Unido para que Escocia convoque su referéndum de autodeterminación.
La tercera vía es aplicar la Ley catalana de Consulta Popular por vía de Referendo, que en este momento se encuentra recurrida por el Gobierno español en el Tribunal Constitucional.
Otra alternativa sería aplicar la Ley de Consultas no Refrendarias, que se encuentra en tramitación en la Cámara catalana y que previsiblemente también será impugnada por el Ejecutivo de Mariano Rajoy.
Finalmente, quedaría la opción de reformar la Constitución, posiblemente la más improbable de las cinco.
Sin embargo, el CATN también avala la posibilidad de celebrar elecciones plebiscitarias y realizar después, si ganan los partidarios del 'sí', una declaración unilateral de independencia. Sería, eso sí, el último recurso si falla la negociación con el Estado.
La gran incógnita es hasta dónde estará dispuesto a llegar Artur Mas.