Política -
Acto de homenaje
La hija de Buesa no cree sincero el rechazo a la violencia de la IA
Sara Buesa, la hija del dirigente socialista Fernando Buesa, opina que el desmarque de la violencia por parte de la izquierda abertzale es "un cálculo político para conseguir la legalización".
Redacción
Sara Buesa, la hija del dirigente socialista Fernando Buesa, ha opinado este jueves que el desmarque de la violencia por parte de la izquierda abertzale no se sustenta "en un reconocimiento sincero", sino en "un cálculo político para conseguir la legalización".
Sara Buesa ha pronunciado estas palabras durante el acto de homenaje organizado en el museo Artium de Vitoria-Gasteiz al conmemorarse este viernes el décimo tercer aniversario del asesinato por ETA de su padre y del escolta que le acompañaba, el ertzaina Jorge Díez Elorza.
Su denuncia sobre la falta de "un cambio sustancial en el discurso de la llamada 'izquierda abertzale'" se produce la víspera de que EH Bildu, con su portavoz parlamentaria a la cabeza, Laura Mintegi, acuda por primera vez al acto organizado por el Parlamento Vasco en memoria de Fernando Buesa y de Jorge Díez.
Sin embargo, Sara Buesa ve que ETA no se ha disuelto y que no se ha producido una autocrítica por parte de "ese sector social y político que legitimó la violencia terrorista".
"Seguimos viendo en muchos de ellos signos de complicidad con la violencia y actitudes arrogantes, que distan mucho del arrepentimiento", ha opinado.
"Hay quien dice que antes o después harán esa autocrítica o que es probable que la estén haciendo a nivel interno. Pero eso no vale, no es suficiente. Hay que exigirles que reconozcan públicamente que lo que hicieron estuvo mal" y no por ellos, no por las víctimas, sino por toda la sociedad, ha proclamado.
Sara Buesa ha defendido la labor que hacen fundaciones de víctimas como la de Fernando Buesa por defender la memoria colectiva, tarea que deben asumir también los poderes públicos y las instituciones.
En este sentido ha dicho que observa con "preocupación el creciente desprestigio de la clase política", con su "sectarismo, la destrucción del contrario, las luchas de poder, la falta de coherencia y las promesas incumplidas".
Por ello ha abogado por una mayor transparencia y reparto de poder, "dando cabida a los movimientos sociales y a la propia ciudadanía" para que participen de las cuestiones que les atañen, además de por romper el frentismo de nacionalistas y no nacionalistas o de izquierdas y derechas.