Caso Bárcenas -
Juicio
El falso cura que entró en casa de Bárcenas simula trastorno mental
Ha sido expulsado de la sala. La acusación particular solicita una condena de 19 años y 6 meses de prisión, mientras que la defensa pide su absolución.
Redacción
La Audiencia Provincial de Madrid ha iniciado este miércoles el juicio contra el falso cura que entró el 23 de octubre de 2013 en el domicilio del extesorero del PP Luis Bárcenas, donde retuvo a su esposa, a un hijo del matrimonio y a la empleada doméstica.
Durante la primera sesión del juicio, el falso cura ha simulado un trastorno mental, por lo que ha sido expulsado de la sala por el presidente del tribunal.
"No me acuerdo mucho de las cosas. Mi mente está en nebulosa. Vengo con la cabeza alta y el corazón limpio", ha dicho el procesado. Después de pedir agua para tomar una pastilla, el acusado se ha llevado las manos a la cabeza, ha pedido que le condenaran y ha agregado: "Estas voces no me dejan en paz. No quiero oírlas más. Salgan de mi cabeza. Estas voces no me dejan. Déjenme en paz por favor. No quiero escuchar más voces".La sesión se ha suspendido durante una hora para que le examinara el médico forense, quien, al reanudarse el juicio, ha relatado que el estado del procesado, del que ha dicho que mantiene una "absoluta negatividad" y "falta de colaboración", no se corresponde con ninguna enfermedad, por lo que se trata de "una simulación clínica".
Peticiones
El acusado, Enrique O.G., se enfrenta a una petición del fiscal de 18 años de prisión por la supuesta comisión de tres delitos de detención ilegal, dos de coacciones y uno de tenencia ilícita de armas y tres faltas de lesiones.
La acusación particular ejercida por la familia Bárcenas solicita una condena de 19 años y seis meses de prisión para el acusado, mientras que la defensa pide su absolución al estimar que se le debe aplicar la eximente de alteración mental.
Enrique O., que se encuentra en prisión provisional, padece un trastorno de la personalidad de rasgos paranoides, narcisistas y antisociales, por lo que sus facultades cognitivas y volitivas se hallaban afectadas al menos de forma moderada, siempre según el fiscal.