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crisis energética
Bruselas vigila el macropaquete de subsidios alemanes al consumo de gas
En paralelo, en el debate energético de la UE va ganando enteros la idea de establecer un tope de precio a las importaciones de gas en la UE, iniciativa que apoyan al menos 15 países y que rechaza Alemania.
agencias | eitb media
Euskaraz irakurri: Bruselak arretaz jarraituko du Alemaniak gas kontsumora bideratutako dirulaguntza sorta
La Comisión Europea está en contacto con Alemania por los 200 000 millones de euros anunciados por Berlín para subsidiar el consumo doméstico de gas y, sin criticar el plan de la primera economía de la UE, Bruselas sí ha subrayado su compromiso para "preservar la igualdad de condiciones en el mercado único".
"Si es una ayuda de Estado, tiene que ser notificada a la Comisión para ser evaluada", ha declarado en rueda de prensa la portavoz de Competencia del Ejecutivo comunitario, Arianna Podesta. Ha insistido asimismo en la necesidad de seguir los procedimientos marcados, y ha recordado que actualmente hay un marco legal con más "flexibilidades" aprobado tras la invasión de Rusia sobre Ucrania.
Sin embargo, la Comisión Europea que preside la alemana Ursula Von der Leyen ha evitado dar pistas sobre si arremeterá contra el Gobierno de Alemania por esa demostración de músculo financiero.
La portavoz se ha limitado a recordar un discurso pronunciado por Von der Leyen el pasado sábado en Sofía, donde la política germana participó en la inauguración de una interconexión gasística entre Grecia y Bulgaria. "Es fundamental que mantengamos la igualdad de condiciones para todos en la Unión Europea, en el mercado único. Y es primordial evitar las distorsiones", declaraba allí la exministra alemana.
Un paso más lejos ha ido el comisario de Mercado Único, el francés Thierry Breton, quien el pasado viernes lanzó una serie de mensajes en Twitter mencionando directamente esos 200 000 millones de ayudas alemanas, un monto cercano al PIB de Portugal, y avisando sobre la "vigilancia" que Bruselas ejercerá sobre el mercado único.
En paralelo, en el debate energético de la UE va ganando enteros la idea de establecer un tope de precio a las importaciones de gas en la UE, iniciativa que apoyan al menos 15 países y que rechaza Alemania, que prefiere pagar precios altos a comprometer la seguridad de suministro de gas.