Rusia ataca una fábrica que reparaba blindados del Ejército ucraniano en Járkov

Las fuerzas rusas han atacado una fábrica en la región de Járkov que reparaba blindados del Ejército ucraniano, según informa en su parte militar el Ministerio de Defensa de Rusia.

"Las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia destruyeron con misiles de largo alcance varios bloques industriales de una planta mecánica ubicada en la localidad de Lozovaya, en la región de Járkov, en la que se llevaba a cabo la restauración de blindados del Ejército de Ucrania", informa Igor Konashénkov, portavoz del mando ruso.

El militar ruso indica que las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia también destruyeron con proyectiles de alta precisión cuatro puestos de mando y puntos de concentración de fuerzas y equipamiento bélico ucraniano.

A consecuencia de estos ataques, han fallecido más de 150 militares ucranianos, dos puestos de mando, tres almacenes de armas y combustible, ocho tanques y blindados, una lanzadera múltiple Grad y una batería de artillería en la localidad de Kodema, en la región de Donetsk.

Mientras, el ejército ucraniano resiste en la ciudad de Severodonetsk, en la región oriental de Lugansk, la fuerte ofensiva lanzada por los rusos para hacerse con este enclave estratégico que les podría llevar a controlar toda esa zona limítrofe con Rusia.

Serhii Haidai, jefe de la Administración Militar Regional de Lugansk, ha informado este lunes en su canal de Telegram, de la difícil situación que viven sus fuerzas en esta región donde también combaten a las guerrillas prorrusas.

"Los rusos están asaltando Severodonetsk... Hay peleas callejeras allí. Sin embargo, las Fuerzas Armadas de Ucrania mantienen la defensa. El jefe de Estado, que visitó nuestras posiciones avanzadas en la región de Lugansk anoche, estaba convencido de esto", ha escrito.

Haidai ha recordado con estas palabras la visita sorpresa que el presidente del país, Volodimir Zelenski, realizó ayer al frente de guerra, en las regiones de Lugansk y Donetsk.

Ambas regiones, autoproclamadas repúblicas independientes poco antes de iniciarse la invasión rusa y reconocidas por Moscú, se han convertido estos días en los principales objetivos del ejército invasor.

Las tropas rusas están tratando de establecer un control total sobre las regiones de Lugansk y Donetsk, que integran el Donbás, pero hasta la fecha no han logrado este objetivo.

La conquista de estas regiones permitiría a Moscú disponer de un corredor que une el este y el sur de Ucrania, hasta la península de Crimea, que ocupan los rusos desde 2014, para poder trasladar por ella material y tropas y cortar los accesos marítimos de Ucrania.