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guerra en ucrania
Kiev resiste al ataque ruso y el oeste de Ucrania retoma cierta normalidad
A un mes de que las tropas rusas entraran en Ucrania, el pasado 24 de febrero, una relativa normalidad se asienta ahora en ciudades occidentales como Leópolis. Mariúpol permanece sitiada, y Kiev resiste a pesar de la cercanía de las tropas.
agencias | eitb media
Euskaraz irakurri: Errusiaren erasoari eusten ari zaio Kiev, eta Ukrainako mendebaldeak nolabaiteko normaltasuna berreskuratu du
Con más de diez millones de desplazados y miles de civiles muertos, Ucrania cumple un mes desde la invasión rusa con una situación desigual: una relativa normalidad se asienta en ciudades occidentales como Leópolis, mientras Mariúpol, en el sureste, soporta un duro asedio y Kiev resiste pese a la cercanía de tropas rusas.
Los combates directos se concentran en la mitad este del país y en las últimas horas el Ejército ucraniano ha detectado un incremento de las operaciones militares rusas en Kiev, Chernigov y Jarkov, que son ahora los principales objetivos, según un portavoz militar, junto con la estratégica Odesa en el sur.
Con motivo del primer mes de enfrentamiento bélico, desde que tropas rusas entraran en Ucrania el 24 de febrero, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha pedido al mundo que se levante "contra la guerra en respaldo a Ucrania, la paz y la libertad" y ha llamado a la unidad de toda Europa, en un videomensaje desde las calles de Kiev.
En la capital, el Ejército ucraniano ha aumentado la presión en el noreste de la ciudad sobre las fuerzas rusas, que "enfrentan problemas de suministro y moral", según el Ministerio de Defensa británico, que cree que las tropas de Ucrania han retomado Makariv y Moschun, a las afueras. Por su parte, el asesor de la Presidencia ucraniana, Oleksei Arestovich, ha apuntado que la ofensiva por parte del Ejército ruso casi se ha "parado" en las últimas jornadas, en parte debido a una falta de recursos.
En la costa del mar de Azov, las tropas rusas mantienen el cerco sobre Mariúpol, donde se calcula que unas 100 000 personas permanecen sitiadas, encerradas en refugios ante los continuos bombardeos; y su alcalde estima las víctimas mortales en más de 3000 civiles, un desastre humanitario de proporciones todavía desconocidas.
Leópolis recupera la normalidad
Aunque se ha ralentizado el flujo de trenes que llegan a Leópolis, la estación central de la ciudad todavía recibe diariamente una decena de convoyes con miles de personas, procedentes no solo de Mariúpol, sino también de Zaporiyia, Jarkov, Lugansk o Kiev.
Para muchos, Leópolis es solo una escala antes de cruzar la frontera por Polonia (por donde ya han salido unos 3,5 millones de ucranianos en un mes) mientras que unas 200 000 personas permanecen evacuadas en colegios, polideportivos y otros edificios públicos de la ciudad.
Fuera de los alrededores de la estación de tren, Leópolis se asemeja cada vez más a una ciudad normal, con mucho tráfico, todos sus establecimientos abiertos, las cafeterías llenas y sus ciudadanos recuperando su vida cotidiana, con la amenaza de la guerra cada vez más lejana, sin que las sirenas antiaéreas hayan sonado en las últimas 24 horas.
El alcalde de Leópolis, Andrii Sadovyi, ha indicado este jueves que es importante que los negocios de la ciudad estén abiertos y la economía siga funcionando, para dar empleo a los miles de ucranianos del este que se refugian en la capital cultural de Ucrania.
El Ayuntamiento ha inaugurado esta misma semana un centro de búsqueda de empleo para los miles de desplazados internos y está en conversaciones con empresas de construcción nacionales, así como de Turquía y Alemania, para acometer nuevos proyectos y evitar una crisis de vivienda en la ciudad.