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Tokio 2020
Varios escándalos eclipsan el inicio de los Juegos Olímpicos de Tokio
Desde declaraciones machistas hasta bromas sobre el holocausto y comentarios jocosos sobre acoso escolar a discapacitados, pasando por acusaciones de plagio y escándalos de corrupción, los responsables de organizar los Juegos se han visto implicados en todo tipo de controversias.
Agencias | EITB Media
Euskaraz irakurri: Hainbat eskandaluk Tokioko Olinpiar Jokoen hasiera zikindu dute
Una sucesión de escándalos que salpican a su organización están eclipsando los Juegos Olímpicos de Tokio. El último ha forzado la salida de uno de los responsables de la ceremonia inaugural en la víspera de su celebración.
Por si fuera poco lidiar con la pandemia y con todo el descontento generado en Japón por celebrar los Juegos en plena crisis sanitaria, el comité organizador de Tokio 2020 ha vivido permanentemente en el ojo del huracán por sus propios errores o por una falta de sensibilidad hacia temas susceptibles de despertar la indignación ciudadana.
Desde declaraciones machistas hasta bromas sobre el holocausto y comentarios jocosos sobre acoso escolar a discapacitados, pasando por acusaciones de plagio y escándalos de corrupción, los responsables de organizar los Juegos se han visto implicados en todo tipo de controversias.
La última y más inoportuna de las tormentas que afectan a los Juegos ha estallado a pocos días la ceremonia de inauguración, y se ha llevado por delante a dos figuras claves para la organización del evento: su director creativo y uno de los compositores musicales, que además son dos conocidas figuras artísticas en Japón.
Keigo Oyamada, un músico nipón, ha dejado de formar parte del equipo creativo después de que reemergieran unas entrevistas que concedió a mediados de los noventa y en las que comentaba, entre risas, que durante su infancia había sometido a compañeros con discapacidad a tratos vejatorios.
La aparición de estas antiguas declaraciones en las redes sociales desató una oleada de críticas entre los nipones que terminaron con su dimisión y petición pública de disculpas "por sus acciones extremadamente inmaduras".
El mismo proceso se repitió con el responsable escénico de las ceremonias de apertura y cierre, Kentaro Kobayashi, quien ha sido forzado a dimitir tras circular por la red unas viejas grabaciones de una actuación de este humorista, actor y director teatral.
En el "sketch" humorístico datado en 1998, Kobayashi y su compañero de dúo bromean con llenar un estadio de figuras de papel que representan personas y jugar a "hacer un holocausto", antes de añadir que quizás ese tipo de chistes no son aptos para emitirse en televisión.
La organización judía de defensa de los derechos humanos Simon Wiesenthal Center, con sede en EE.UU., emitió en la víspera un comunicado calificando la antigua broma de "antisemítica" y afirmando que "cualquier relación (de Kobayashi) con los Juegos de Tokio insultaría a seis millones de judíos y haría una cruel mofa de los Paralímpicos".
Lo curioso de ambos casos es que se trata de hechos acaecidos hace más de dos décadas, que han vuelto a salir a la luz poco antes de los Juegos y en medio del amplio rechazo al evento deportivo entre los nipones.
La organización, contra las cuerdas
Según varios analistas, estos escándalos revelarían algunos de los problemas que sufre la sociedad nipona, tales como los prejuicios contra los discapacitados, la discriminación de las mujeres o el acoso escolar.
Otros, sin embargo, consideran que se trata solo del resultado del intenso escrutinio al que se está sometiendo todo lo relacionado con los Juegos después de que se decidiera su retraso un año debido a la pandemia.
Lo que está claro, sin embargo, es que los sucesivos escándalos han puesto sobre las cuerdas a los organizadores y ha empeorado la propia reputación de Tokio 2020, además de obligarles a hacer ajustes de última hora en la ceremonia de inauguración que se celebrará este viernes en el Estadio Olímpico de Tokio.