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Estados Unidos
Wisconsin declara el estado de emergencia ante los disturbios
250 agentes de la Guardia Nacional han sido desplegados en el segundo día consecutivo de protestas, tras los disparos por la espalda que recibió por parte de la policía un joven afroamericano.
Agencias | Redacción
Euskaraz irakurri: Larrialdi egoera ezarri dute Wisconsinen, azken orduetan izandako protesten aurrean
Tony Evers, gobernador del estado de Wisconsin, en el noreste de Estados Unidos, ha declarado el estado de emergencia después de que varios comercios del condado de Kenosha sufrieran saqueos en el marco de los disturbios registrados después de que un afroamericano recibiera siete disparos por la espalda a menos de un agente de Policía.
En el que ha sido el segundo día consecutivo de protestas, Evers ha desplegado unos 250 agentes de la Guardia Nacional, si bien ha condenado lo sucedido y ha pedido "no permitir que continúe el ciclo de racismo e injusticia sistemático" en el país.
Así, ha aseverado que "no se puede seguir en la senda del daño y la destrucción". El afroamericano, identificado como Jacob Blake, habría sufrido una parálisis de cintura para abajo a causa de las heridas, aunque se desconoce por el momento si esta condición es irreversible, tal y como ha explicado su padre a la cadena CNN.
El abogado Ben Crump, que representa a Blake, ha señalado a la cadena de televisión ABC News que éste continúa ingresado en cuidados intensivos y que necesitará someterse a más operaciones.
Los disparos contra Blake, de 29 años, que se encontraba frente a sus tres hijos cuando se produjo el incidente, han provocado una nueva ola de manifestaciones en ciudades de todo el país, desde Nueva York, pasando por Portland, hasta Oregón. El caso se produce en un momento en que el país registraba todavía protestas por el asesinato de George Floyd a menos de la Policía el pasado 25 de mayo.
Este mismo martes, Durante la Convención Republicana de cara a las elecciones presidenciales de noviembre, la antigua gobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley ha atribuido a una "moda" entre los demócratas "decir ahora que Estados Unidos es racista".
"Esto es una mentira. Estados Unidos no es un país racista", ha aseverado el senador republicano Tim Scott en la Cámara Alta.