Internacional -
Conferencia en Berlín
Acuerdo para hacer efectivos el alto el fuego y el embargo de armas en Libia
El acuerdo se ha sellado en una conferencia internacional sobre Libia en Berlín, organizada por el Gobierno alemán y la ONU.
Agencia | Redacción
Euskaraz irakurri: Libiako su-etena eta arma-blokeoa aurrera eramateko akordioa adostu dute Berlinen
Los aliados internacionales del Gobierno libio respaldado por la ONU y de las fuerzas rebeldes han acordado este domingo hacer efectivos el alto el fuego iniciado hace una semana y el embargo de armas decretado por Naciones Unidas.
El acuerdo se ha sellado en una conferencia internacional sobre Libia en Berlín, organizada por el Gobierno alemán y la ONU, a la que también han acudido el presidente del Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) de Libia, Fayed al Serraj, apoyado por Turquía, y el jefe del Ejército Nacional Libio (LNA), Jalifa Hafter, respaldado por Rusia.
El documento apuesta por una tregua "duradera" y "verificable" e insta a todos los actores a cumplir de forma "unívoca" con el embargo de armas. También se les exige no contribuir a la escalada del conflicto.
Asimismo, se defiende que la solución a la crisis sólo puede pasar por un proceso político que debe estar controlado y liderado por los libios. Además, se insiste en la necesidad de mantener la unidad de Libia, su integridad territorial y su soberanía nacional.
La conferencia tuvo un carácter inédito al reunir por primera vez tras años de conflicto armado a todos los actores nacionales e internacionales involucrados en Libia.
Han acudido el presidente francés, Emmanuel Macron; el ruso, Vladímir Putin; el turco, Recep Tayyip Erdogan; el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, y el británico, Boris Johnson, así como el secretario de Estado de EE. UU., Mike Pompeo, y el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi.
El mariscal Hafter cuenta con el respaldo de Putin, Arabia Saudí, Egipto y Emiratos Árabes Unidos, mientras que París y Washington le apoyan políticamente.
El GNA de Al Serraj, por su parte, está políticamente y financieramente apoyado por la UE, la ONU, Italia y Catar, y recibe apoyo militar de Turquía, en violación del embargo de armas.
Juntar a todos estos actores internacionales en una mesa de negociación se consideraba, de por sí, un éxito para Alemania como mediador sin grandes intereses directos en Libia.
La confrontación de intereses sobre este país del Magreb se deriva tanto de su riqueza petrolera, como de su papel como país de tránsito de migrantes africanos hacia Europa, algo que preocupa especialmente en Berlín y Bruselas.