Paso hacia la reconciliación palestina

No es la primera vez que Al Fatah, que gobierna en Cisjordania, y Hamas, que gobierna en Gaza, anuncian que han alcanzado un acuerdo para acabar con su enfrentamiento. Por unas razones o por otras, finalmente ese acuerdo no se ha materializado y ha continuado la lucha entre ellos, que dura ya cinco años.

Por tanto, habrá que esperar a ver si realmente la semana que viene se reúnen los máximos líderes de ambas partes, Mahmud Abbas y Jaled Meshal, y firman lo que ayer anunciaron sus subordinados. En ese anuncio se habla de crear un Gobierno de unidad nacional provisional, convocar elecciones legislativas y presidenciales en el plazo de un año y unificar las fuerzas policiales y militares de ambos bandos.

Hay algunos motivos para pensar que esta vez puede ir en serio. Primero, la sacudida que está sufriendo el mundo árabe. Los jóvenes palestinos también han reclamado cambios y han hecho manifestaciones en defensa de la unidad nacional. Pero, sobre todo, parece que el presidente palestino, Mahmud Abbas, se ha dado cuenta de que ya no puede avanzar más en las relaciones con Israel.

El proceso de paz, que fue relanzado el pasado octubre a bombo y platillo, con la participación de Obama, se ha quedado en nada. En ese contexto, Al Fatah parece decidido a proclamar unilateralmente un Estado palestino, sin contar con Israel; pero ese Estado palestino solo tendría sentido si se establece en Cisjordania y en Gaza, y por eso hace falta la reconciliación entre Al Fatah y Hamas.

El nuevo Estado no podría buscar el reconocimiento internacional sin poner antes en orden las cosas en su casa.