Internacional -
Análisis
Revuelta sorpresa contra Gadafi en Libia
Parecía que las revueltas del mundo árabe no iban a afectar a Libia, por lo que es probable que uno de los más sorprendidos sea el propio Gadafi.
Jesús Torquemada
Muamar El Gadafi lleva 41 años gobernando Libia, lo que le convierte en el mandatario que más tiempo lleva en el poder en toda África.
Construyó su régimen en torno a su Libro Verde, un tratado ideológico bastante confuso con el que pretendía señalar un nuevo camino a los árabes, y al principio adoptó una línea antiimperialista, aunque en los últimos años se ha moderado mucho y eso ha normalizado las relaciones con Estados Unidos.
Parecía que la revuelta que sufre el mundo árabe no le iba a afectar, a pesar de que han caído las dictaduras de dos de sus países fronterizos, Túnez y Egipto.
Hay varias razones de esa aparente solidez. Una, que la situación económica de Libia es mejor que la de sus vecinos; es un importante productor de gas y petróleo y sólo son 6 millones a repartir.
Dos, que es un país bastante aislado, con poco turismo y que controla mucho los visados que da.
Tres, que la Policía secreta de Gadafi es muy eficaz.
Cuatro, que Gadafi no duda en movilizar a sus partidarios contra sus opositores, y de esa forma nunca se ha podido constituir una oposición organizada. Esto es exactamente lo que ha hecho ahora: ante una manifestación en Bengasi que pedía la liberación de los presos políticos, los gadafistas han salido a enfrentarse con los manifestantes. La misma táctica que intentó Mubarak, aunque le falló, y que están poniendo en práctica Alí Abdala Saleh en Yemen y el jeque Al Jalifa en Bahrein.
Gadafi cree tener todo controlado y de hecho ya está preparando la sucesión para que uno de sus hijos, Saif Al Islam, le sustituya en el poder.
Probablemente uno de los más sorprendidos de que la revuelta haya llegado a Libia es él mismo.