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Cartagena
El Gobierno y las FARC firman este lunes la paz en Colombia
Este momento histórico estará atestiguado por 15 jefes de Estado, la mayoría latinoamericanos; 27 ministros de Exteriores y una decena de presidentes de organizaciones internacionales.
agencias | redacción
Euskaraz irakurri: Gobernuak eta FARCek bakerako azken urratsa emango dute gaur Kolonbian
El Gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) rubricarán este lunes el acuerdo que cerraron el pasado 24 de agosto tras cuatro años de negociaciones en La Habana para poner fin a la guerra más longeva del hemisferio occidental, el primer paso para dar inicio a un proceso inédito hacia la conquista de la paz.
Santos y el máximo líder de las FARC, Rodrigo Londoño Echeverri, alias 'Timochenko', estamparán sus firmas en el texto pactado durante una ceremonia solemne que arrancará a las 17.00 (hora local) en la ciudad colombiana de Cartagena. Solo ellos tomarán la palabra para anunciar el paso de la guerra a la paz.
Este momento histórico estará atestiguado por 15 jefes de Estado, la mayoría latinoamericanos; 27 ministros de Exteriores, incluido José Manuel García Margallo, que acompañará al rey emérito Juan Carlos I; y una decena de presidentes de organizaciones internacionales, entre los que destacan el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, y el de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.
Pero no serán los únicos invitados. Unas 2.500 personas, incluidos tres ex presidentes --el español Felipe Gonzalez, el uruguayo José Mujica y el mexicano Ernesto Zedillo-- y el ex jefe de la ONU Kofi Annan, llenarán el Patio de Banderas del Centro de Convenciones de Cartagena, todas ellas vestidas de blanco, por exigencias del protocolo, un color que ha teñido cada uno de los hitos de este proceso de paz.
El acuerdo de paz
Con esta firma, el Gobierno y las FARC blindarán un acuerdo de paz de 297 páginas en las que se desgranan los seis acuerdos parciales que lo componen: desarrollo agrario y rural, participación política, cultivos ilícitos, víctimas, fin del conflicto y refrendación, implementación y verificación de lo pactado.
El acuerdo sobre desarrollo agrario y rural contempla la creación de un Fondo de Tierras para lograr la "democratización" del campo colombiano, "en beneficio de los campesinos sin tierra o con tierra insuficiente y de las comunidades más afectadas por el conflicto, promoviendo una desconcentración y una distribución equitativa".
El objetivo de la participación política, por otro lado, es que surjan nuevas fuerzas, entre ellas el partido en el que se transformen las FARC una vez desmovilizadas, con las suficientes garantías de seguridad para desarrollar su labor, que se concretarán en un "estatuto de la oposición".
Las FARC se han comprometido además a "poner fin a cualquier relación que, en función de la rebelión, se hubiese presentado con el narcotráfico". Las partes han diseñado un mecanismo para la erradicación de los cultivos ilícitos y su sustitución por otros legales.
La etapa tras la firma
Aunque el acuerdo de paz sea bendecido por los colombianos, Gobierno y FARC son conscientes de que aún queda un largo camino por recorrer: construir la paz después de 52 años de guerra que han dejado un reguero de ocho millones de víctimas.
Colombia se enfrenta a retos humanitarios importantes, como la búsqueda de los más de 160.000 desaparecidos durante el conflicto armado y el desminado del país, de acuerdo con el último informe del Comité Internacional de Cruz Roja (CICR).
Además, Colombia deberá afrontar una reestructuración de las Fuerzas Armadas, hasta ahora centradas en el combate a las guerrillas, para neutralizar la creciente amenaza de las bandas criminales (bacrim) y evitar que éstas ocupen los espacios abandonados por las FARC.
Todo ello, así como la implementación de los acuerdos de paz, requerirá inmensos recursos humanos y materiales de los que Colombia no dispone, de modo que el apoyo de la comunidad internacional será crucial para el éxito de este proceso.
Santos confía en que, si se hace bien, "no solamente va a salvar muchas vidas, sino que va a cerrar la fábrica de víctimas". "Es una oportunidad única. Colombia es un país con un potencial enorme que, si logramos encauzar, aquí no hay quien nos pare", ha aseverado.
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