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Paz en Colombia
El adiós a las armas de las FARC para entrar en la política
La ONU liderará la misión de verificación de la comunidad internacional que se encargará de recolectar y almacenar las armas y municiones entregadas.
Agencias | Redacción
Las FARC, la guerrilla más numerosa y mejor armada de América Latina, dio un paso histórico al renunciar a los fusiles y pasar a la política como resultado del acuerdo de paz con el Gobierno colombiano.
La decisión, tomada en la Décima Conferencia Nacional Guerrillera, aunque esperada, no deja de ser trascendental porque implica el adiós a las armas de un grupo que llegó a tener más de 20.000 combatientes en su mejor momento, allá por el año 2002.
Entonces las FARC eran una fuerza temible que había aprovechado los diálogos de paz con el presidente Andrés Pastrana (1998-2002) para fortalecerse a partir de la zona desmilitarizada de 42.000 kilómetros cuadrados que el Gobierno había creado entre los departamentos del Caquetá y Meta, con la localidad de San Vicente del Caguán como sede de la negociación.
En la misma zona, que forma parte de la inmensa sabana de los Llanos del Yarí, las FARC concluyeron hoy su última conferencia como grupo armado en la cual aprobaron "en su totalidad" el acuerdo de fin del conflicto negociado en La Habana, que será firmado el próximo lunes 26 de septiembre en Cartagena de Indias.
"Por tal razón, hemos decidido surtir todos los aprestamientos (preparativos) necesarios para el tránsito de nuestra estructura político-militar hacia un nuevo partido político cuyo congreso fundacional se llevará a cabo a más tardar en mayo de 2017, si se implementan los acuerdos, tal y como está convenido", señala la declaración final de la conferencia.
Transición a la política
Según el analista Rafael Silva, profesor de la Universidad Icesi de Cali, el paso de la lucha armada a la política será un proceso largo porque al día siguiente de la firma de la paz, es decir el 27 de septiembre, comenzará a contar el periodo de 180 días para la dejación de armas y el desplazamiento de los guerrilleros a las zonas de reunión acordadas con el Gobierno.
La ONU liderará la Misión de Verificación de la comunidad internacional que se encargará de recolectar y almacenar las armas y municiones entregadas que, una vez destruidas, serán fundidas para la construcción de tres monumentos a la paz en Colombia, Cuba y la sede de las Naciones Unidas en Nueva York.
El desarme es el punto de partida de todo el proceso porque el Gobierno ha sido enfático en señalar que no habrá "política con armas" ni "una paz armada", lo que implica que las FARC tendrán que conformar un nuevo partido político cuyo nombre aún no han divulgado.