Internacional -
Guerra en Siria
Zaatari, una pequeña Siria en mitad del desierto jordano
Artículo de Mikel Ayestarán para eitb.eus que incluye, relacionadas, fotos y los tres reportajes que ha hecho en ETB desde Jordania en el segundo campo de refugiados más grande del mundo.
Mikel Ayestaran | EiTB
Euskaraz irakurri: Zaatari, Siria txiki bat Jordaniako basamortuan
Una visita a Zaatari es un viaje a esa parte de Siria que escapó con lo puesto de las detenciones masivas y las bombas en zonas opositoras para buscar un lugar seguro lo más cerca posible de la frontera. Llegaron a Jordania con la idea de regresar pronto, pero llevan cuatro años en un campo que se ha convertido en el segundo mayor campo de refugiados del mundo con 80.000 personas. Una especie de pequeña Siria en mitad del desierto.
En las calles de Zaatari no piensan en emigrar a Europa, porque no tienen dinero para pagar a las mafias, pero siguen las noticias y lamentan la decisión de Bruselas de cerrar las puertas a sus paisanos cuando más lo necesitan. Viven encerrados en los 5 kilómetros cuadrados, vallados y protegidos por el Ejército de Jordania. Para salir necesitan el permiso del ministerio de Interior. A cambio, tienen sanidad, educación, un techo y una asignación mensual de 25 euros por persona.
Lo que parecía una salida temporal se alarga y la gente empieza a pensar que la vuelta a Siria no será sencilla. La entrada en escena de Rusia ha dado alas a un régimen que ha ganado terreno sobre todo en el norte y centro del país. La mayoría de sirios de Zaatari vienen del sur, de Daraa, la gobernación donde prendió la chispa del levantamiento contra Bashar Al Assad en marzo de 2011, y escaparon de este régimen que ahora avanza gracias al apoyo militar ruso, por eso ven cada vez más negro su vuelta a casa.
Las organizaciones humanitarias trabajan para mejorar las condiciones de vida de los refugiados. Mejoran la electricidad y el saneamiento, en lugar de tiendas de campaña hay casas prefabricadas… pero los mayores retos son la educación y el trabajo. Lograr que los niños en edad escolar vayan a las clases en lugar de tener que trabajar para ayudar a sus familias, y lograr permisos para que los hombres en edad de trabajar tengan el permiso de las autoridades jordanas para hacerlo. "Vivir con dignidad, mientras que la gente no viva con dignidad siempre pensará en buscar un lugar donde pueda hacerlo", recuerda Hovig Etyemezian, hombre clave de ACNUR y manager del campo.