Menor impacto en la duodécima jornada de protestas en Iparralde, aunque "el movimiento no se ha apagado"

Iparralde y Francia están celebrando hoy la duodécima jornada de movilizaciones por la reforma de las pensiones, en vísperas de que el Consejo Constitucional se pronuncie sobre la reforma. Y es que será mañana, viernes, cuando el órgano de interpretación de la Carta Magna emitirá su dictamen sobre si valida —total o parcialmente— o no la reforma, que entre otras cosas, aumenta la edad mínima de jubilación de los 62 a los 64 años.

La protesta convocada en Baiona no ha sido tan multitudinaria como en ocasiones anteriores. Según fuentes sindicales, han participado 6200 personas. El mal tiempo y las vacaciones de Semana Santa han podido ser el motivo por el que la manifestación no ha sido tan apoyada en esta duodécima jornada. Las personas que se han manifestado en la capital labortana, en cambio, han querido hacer llegar el mensaje de que el movimiento no se ha "apagado".

Por su parte, el Gobierno del presidente Emmanuel Macron se sigue mostrando inflexible, y ha subrayado que la medida es indispensable para garantizar el equilibrio financiero del sistema de pensiones a medio plazo.

Los sindicatos, por su parte, han advertido al Ejecutivo francés que mantendrán la presión y sus movilizaciones mientras no se retire la reforma de las pensiones, incluso si el Consejo Constitucional la valida este viernes.

En total, los sindicatos han organizado más de 250 manifestaciones por todo el país que los servicios de información de la policía creen que serán menos masivas que en las últimas semanas.

Las huelgas se han hecho sentir una vez más sobre todo en el transporte público, pero esta vez con menor impacto.

La reunión entre Elisabeth Borne y los sindicatos sobre la reforma de las pensiones concluyó en "fracaso" la semana pasada, según afirmaron los sindicatos, ante la negativa de la primera ministra francesa de retirar el texto legal.

Recientemente, en una entrevista al diario galo Le Monde, la jefa del Ejecutivo francés se desmarcó al menos en el tono, del presidente Macron, que se muestra mucho más contundente con respecto a la reforma de las pensiones.