Economía -
Vitoria-Gasteiz
Fallece el trabajador de Michelin que quedó en coma tras un accidente laboral
El hombre, de 43 años, estaba en un coma inducido desde que sufrió el accidente laboral, cuando iba a realizar un trabajo en altura, al quedar atrapado por una máquina.
agencias | redacción
Euskaraz irakurri: Hil egin da koma egoeran zegoen Michelineko langilea
El trabajador de 43 años de la fábrica Michelin de Vitoria-Gasteiz que quedó en coma tras un accidente laboral ocurrido el pasado domingo, ha fallecido, según han confirmado hoy a Efe fuentes sindicales.
Este empleado, que trabajaba en el área de mantenimiento, estaba en un coma inducido desde que sufrió el accidente laboral, cuando iba a realizar un trabajo en altura en una prensa de cocción de neumáticos.
Sobre las 09:30 horas del domingo fue a preparar una plataforma elevadora para desplazarla y quedó atrapado entre esta y una valla, un lugar "angosto y complicado para maniobrar", según el sindicato ESK.
Cuando ocurrió el accidente el trabajador estaba solo ya que su compañero se ausentó un momento del lugar para recoger una pieza de repuesto.
Este empleado llamó al accidentado por teléfono para una consulta sobre la pieza pero no le respondió por lo que acudió rápidamente a la zona donde está la plataforma y comprobó que su compañero estaba aplastado.
En ese momento le liberó y llamó al responsable de la zona, quien a su vez intentó alertar del accidente a los bomberos y al servicio médico de la empresa pero no lo consiguió porque no funcionaba la línea telefónica interna, según aseguró ayer el sindicato ESK.
Ante esta situación, este responsable caminó hacia el servicio médico para solicitar la asistencia sanitaria y al instante se trasladó al lugar del accidente una ambulancia con un médico que reanimó al herido antes de trasladarlo a un centro hospitalario de Vitoria.
Desde el momento del accidente hasta su ingreso hospitalario transcurrieron "unos 40 minutos", un tiempo que, según ESK, podría haber sido menor.
Además, este sindicato ha lamentado que el compañero que asistió al herido no pudo usar el desfibrilador por desconocer su utilización ya que son pocas las personas de la empresa que han recibido cursos de formación, cuando desde hace años se ha requerido a la dirección que forme a más plantilla.
La empresa ha abierto una investigación y a primeras horas de está tarde está prevista una reunión con los sindicatos para aclarar las causas de este accidente mortal. A su término se celebrará un encuentro del comité de empresa para analizar la situación.
Las mismas fuentes sindicales han indicado que ayer los médicos le quitaron la sedación para ver si sus órganos vitales reaccionaban, pero al comprobar que su estado era muy grave y no respondía, tuvieron que volver a provocarle el coma inducido, aunque finalmente ha fallecido.
Por su parte, el sindicato LAB ha reclamado a Michelin que "asuma su responsabilidad" después de que un trabajador de la empresa haya fallecido.
En un comunicado, el sindicato ha mostrado "su apoyo y pesar" a la familia, amigos y compañeros del trabajador y ha recordado que, con esta muerte, son ya 41 los trabajadores muertos en Euskal Herria y cuatro en la planta alavesa de Michelin en los dos últimos años.
Según ha indicado LAB, en el último caso, en marzo de 2017, un trabajador perdió la vida a causa de un ataque al corazón, y, a raíz de ello, la Inspección de Trabajo obligó a la empresa a que en los turnos de noche y los fines de semana un médico estuviese presente en la planta, "orden que no ha cumplido".
"La empresa no pretende más que esconder estos sucesos, achacándolo a las subcontratas o responsabilizando a los trabajadores de lo sucedido. Llevamos tiempo denunciando las carencias que en la empresa se dan en materia de prevención y en salud laboral, entre otras, la segunda actividad, ritmos imposibles o falta de formación en prevención", ha añadido.
Asimismo, LAB ha asegurado que, en este caso, "todos los protocolos de la empresa han fallado" como no poder contactar con el portero por teléfono, lo que obligó "a tener que ir de lado a lado de la empresa y se retrasó mucho la intervención". A ello, ha unido la dificultad de encontrar el desfibrilador y la no formación en la utilización del mismo por parte de los trabajadores.
Asimismo, LAB ha llamado a las instituciones, al Gobierno Vasco, a Inspección de Trabajo y a Osalan a que investiguen y establezcan las medidas necesarias en estas empresas, así como para que controlen su aplicación.